Los hermanos se pelean por recibir misma atención de los padres
El escrito que vas a leer pertenece a la guía educativa dedicada a Los Celos infantiles
En el fondo, los celos esconden una profunda falta de autoestima y una gran inseguridad en las propias posibilidades. Normalmente, los hermanos se pelean tanto por un juguete como por recibir la misma atención de la madre, porque creen que no les hace caso o que se le presta más atención al otro hermano. Lo mismo puede ocurrir entre dos compañeros en el aula, sienten celos de las atenciones que su profesora ofrece a otro o da un juguete a otro niño y a él no. O los celos hacía un progenitor porque siente que le roba las atenciones o mimos que solo quiere para él.
El otro recibe más que yo
Cuando mamá o papá está abrazando, besando o riéndose con uno de sus hijos, el hermano al oírlo o verlo puede sentir celos porque piensa que la atención que está recibiendo su hermano es más intensa y mejor que la que él recibe en una situación similar, y además, cree que él se quedará sin esos mimos. O si las atenciones las está recibiendo mamá (abrazos de su marido que puede ser o no papá), el niño puede sentir celos al pensar que él se va a quedar sin mimos o atenciones porque se los está dando con mucha intensidad y se van a agotar quedándose él sin nada. Y llegados a este punto los padres tienen una importante labor: transmitir que los abrazos que le das a uno, no le quitan el amor ni el espacio al otro hijo. O en el caso de los hijos únicos, pueden sentir celos de los primos o de otros niños que viene a jugar a su casa. Y hemos de ofrecer el mismo mensaje: las atenciones que le das a estos niños no le quitan el amor ni el espacio a él. Y lo mismo, en el caso de los celos hacia uno de los progenitores o por las nuevas parejas de los padres.
El comportamiento
Ante una escena así, el niño que observa como miman a su hermano o primito o amigo, puede manifestar su frustración o sus celos llamando la atención con un comportamiento ruidoso, de lloros, de pataleta, de algún chillido, ante lo cual la madre o el padre no debe atender únicamente el ruido de su comportamiento sino también el ruido de su sentimiento. Es decir, como muchas veces digo en Edúkame, debemos atender la emoción que está generando este comportamiento que puede ser la de frustración, celos o inseguridad. El niño o niña puede estar sintiendo internamente: “Lo quieren más a él que a mí”. Los padres saben que no es así, que no quieren a un hijo o hija más que al otro, ni a las parejas se las quiere más que a los hijos, pero los niños lo dudan y necesitan saberlo y oírlo en muchas ocasiones a lo largo del día y durante una larga temporada. Si te ha gustado este post, debes saber que pertenece al contenido de la suscripción Premium. Para saber más sobre esta guía, así como el índice y los materiales que incluye pincha aquí
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Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame