Qué hacer cuando a tu hijo no le gusta nada
Los niños a los 2-3 años pasan por una etapa de oposición y rebeldía y esto también afecta a la comida. Niños que hasta ese momento habían sido buenos comedores y a los que les gustaban los sabores y texturas diferentes tienen ahora un periodo de “no me gusta”
Cada niño es un mundo y no podemos daros una solución concreta para este problema, pero sí os podemos recomendar mucha, mucha paciencia y establecer unas normas de conducta alimentaria.
Consejos prácticos
- No sientes nunca a tu hijo a la mesa según termina de jugar, vendrá nervioso y alterado y no querrá comer, es mejor dejarle unos minutos de pausa entre el juego y la comida.
- El tiempo que debe pasar a la mesa va de 30 a 45 minutos, pasado ese periodo ya no vas a conseguir que coma, así que es mejor retirarle la comida, comerá mejor en la próxima toma.
- Cambia a menudo de sabores y de texturas.
- Retírale todo aquello que le pueda distraer como la televisión, los juguetes, la Play
- Preséntale la comida de forma divertida y apetecible.
- Haz de la comida o cena un momento en familia en un ambiente relajado y sin prisas. Es el momento ideal para que tú hables de lo buena que te parece a tí la comida, de su buen gusto, del color de los alimentos. Tú eres su mejor fuente de motivación. Si te ve a ti disfrutar a tu hijo le gustará imitarte. Recuerda que de tí aprende.
- Sigue un horario regular
Qué no se debe hacer
- Ofrecerle varios platos ante sus negativas a comer
- Etiquetarlo de mal comedor y destacar sus malos hábitos alimenticios. De lo que sí tienes que hablar es de los aspectos positivos, es decir, de lo que sí come o hace bien (aunque sean poquitas cosas).
- No le des chuches u otras cosas entre las comidas
- Si no os encontráis con fuerzas, antes que gritar o pagarlas con el niño pedirle a otra persona que os ayude.
- El problema existe, pero es uno más de los que os vais a encontrar teniendo niños pequeños en casa, no lo llevéis al extremo, no dramaticéis pensando que el niño va a contraer enfermedades terribles a causa de su mal comer. Todas vuestras angustias los niños las perciben de forma clara y lo único que conseguiréis será que rechace aún más la comida.