Mi hijo de cinco años le cuesta mucho dormir solo
Mi hijo de 5 años no puede conciliar el sueño solo. Cuando tenía apenas un año aplicamos el método estivil, y con mucho llanto de por medio, y aunque nos reclamaba a veces, se dormía solo. Al nacer su hermana, cuando el tenía 3 años, su padre comenzó a quedarse con él hasta que se quedaba dormido, ya que yo estaba con su hermana y mostró algo de celos una temporada.
Desde entonces, cualquier intento de que se duerma solo, incluso si se despierta por la noche, acaba en un sentimiento de angustia en él. Y a menudo se queda dormido en un estado de alerta que hace que en cuanto te muevas se despierte y te pida que no te vayas. Tenemos las mismas rutinas, les acostamos a la vez, pero cada uno de nosotros tiene que acompañar a uno ellos, a veces teniendo que estar hasta 40-50 min si no concilian el sueño.
Terminamos muchos días por acostarnos directamente a su hora en su cama. Anulando ese tiempo de dedicar a la casa o a la pareja.
Hasta los 6 años de edad aproximadamente, es normal que los niños y niñas se despierten durante la noche y reclamen la presencia de sus padres pues papá y mamá ofrecen la seguridad afectiva que los pequeños necesitan para domir. Pero no hace falta que te quedes toda la noche, pues con ello no estás permitiendo que tu hijo ponga en marcha sus propios recursos para dormirse el solito.
Para que un niño pequeño pueda dormirse en su cama solito, necesita sentirse seguro y hay muchos recursos que ayudan a ofrecer esta seguridad cuyos resultados no se ven de forma inmediata, sino poco a poco. Es un proceso que puedes leer en la guía educativa El método de dormir y te recomiendo que pongas en práctica los recursos que se indican en la guía Ir a la cama feliz como el póster que motivará a tu hijo en este aprendizaje
En este proceso es muy importante que llenes a tu hijo de mensajes positivos, que uses un muñeco para que lo acompañe por las noches cargado de tu afecto y seguridad y que acudas en cada uno de sus despertares para trasmitirle seguridad y confianza.
Jamás hay que dejar a un niño llorar y llorar pues con ello solo aumentamos su angustia y temores y dejan de llorar, únicamente, por agotamiento pero no porque se sientan tranquilos.