Ya soy mayor, ya me puedo bañar solo
Un paso más en la autonomía del niño es el que se bañe solo, a partir de los tres o cuatro años ya podemos ir dejando que sean ellos los que tomen la esponja y se enjabonen, siempre con nuestra supervisión. Desde los seis o siete años ya pueden aprender a lavarse el pelo y aclararse solos.
El baño debe ser un momento de placer y responsabilidad, el niño ha de entender que bañarse es bueno para su higiene y su salud.
Trucos para hacer del baño un momento divertido
Desde muy pequeño debes crear una rutina con la hora del baño, puede ser antes de la cena o después de la merienda, pero siempre a una hora fija.
El baño es un momento más del día, no le preguntes a tu pequeño si se quiere bañar, porque probablemente estará jugando y no querrá dejar esa actividad, simplemente recuérdale que es la hora de bañarse.
Puede que esté tan entretenido que se oponga a dejarlo todo para ir a la bañera, qué tal si le propones echar una carrera hasta la puerta del cuarto de baño, el primero en llegar podrá elegir qué cuento leemos esa noche.
Anímale a ir usando la esponja él solo, es una forma de que se sienta responsable.
Utiliza la hora del baño para hablar con tu hijo, puedes ir nombrándole las partes del cuerpo, repasando las vocales o los números.
No le metas prisa, deja que disfrute y se familiarice con el agua, lo contrario solo le traerá miedos y rechazo.
Si tu hijo tiene miedo a mojarse la cabeza o a usar el champú y el jabón, prueba a bañarle solo con agua, que disfrute en la bañera, que esté cómodo, después de unos días puedes intentar poco a poco a usar jabones que no irriten la piel ni los ojos.
Y aunque poco a poco se vaya desenvolviendo solo, nunca le dejes sin supervisión, puedes estar de pie en el cuarto de baño o esperar tras la puerta y conversar, pero siempre mantente cerca de ellos.