Mejorar la relación médico-paciente a través de la Educación emocional
Aprendiendo a comunicarnos con los niños
Durante la carrera y la residencia nos enseñaron la exploración del niño normal, cómo reanimar al recién nacido, cómo diagnosticar y tratar todo tipo de síndromes, enfermedades, intubar, canalizar vías centrales...pero nadie nos enseñó cómo comunicarnos con nuestros pacientes, que al fin y al cabo son los niños, ni con sus familias. Todos hemos oído decir y hemos dicho alguna vez que los niños no son adultos en miniatura y efectivamente no lo son. No lo son ni a nivel médico ni a nivel madurativo ni a nivel emocional. La relación médico-paciente en Pediatría tiene forma de triángulo: los padres, el niño y el pediatra. Cada uno nos situamos en un vértice. Y para que la relación sea fluida debe conservar esa forma de triángulo. Pero es un triángulo escaleno, ninguno de los 3 lados son iguales. Nuestra comunicación y relación hacia los padres es de una forma y hacia el niño debe ser de otra, ya que evidentemente ni el nivel cognitivo ni emocional es el mismo. Y ésta es una de las claves que hace que la relación médico-paciente en pediatría sea un verdadero arte. Debemos atender la demanda del progenitor, y comportarnos como adulto, pero también debemos dejar salir el niño que llevamos dentro, para que podamos empatizar con el niño, nuestro paciente. En general, el trato con el padre nos resulta fácil, porque pertenecemos al mismo mundo, somos adultos, pero irnos al mundo infantil...¿cómo lo hacemos?, ¿Qué estrategias utilizamos para aproximarnos al niño?, ¿Le tenemos en cuenta para que tenga una buena adherencia al tratamiento? ¿Quién se debe adherir al tratamiento, los padres, el niño o los dos?
Invitarle a formar parte de la visita
En general, como nos resulta más difícil contactar con el niño, tendemos a saludarle, explorarle, y preguntar y hablar sobre él pero sin incluirle en el triángulo de la relación médico-paciente. Está en el centro pero no forma parte de los vértices del triángulo....¿cómo nos sentiríamos si fuésemos al médico con un acompañante y se pusiesen a hablar sobre nosotros sin que ninguno de ellos nos dé ni voz ni voto? Evidentemente la historia clínica debe realizarse con lo que nos cuenta el padre/madre, pero aunque el niño sea muy pequeño podemos preguntarle o simplemente corroborar con él lo que nos cuenta el familiar con el objetivo de incluirle en la conversación, de invitarle a formar parte de esa relación. Según la edad y situación concreta daremos valor médico a lo que nos dice el pequeño o no. Conocer aspectos del desarrollo emocional infantil son indispensables para poder establecer una buena relación médico-paciente. Es tan importante como hablar el mismo idioma y así poder comunicarnos correctamente de una forma verbal y no verbal. Nosotros debemos comunicar en dos direcciones, hacia el adulto y hacia el niño. Es igual de importante que ambos confíen en nosotros, que nos hagamos entender y que nosotros comprendamos sus reacciones, sus comportamientos, sus miedos....en definitiva que entendamos sus mundos, el del padre/madre y el del niño.
Descubriendo la Pediatría Emocional
La Pediatría Emocional es la aplicación del mundo emocional a la Pediatría. Trabaja aspectos que se salen del Pediatrics o del Nelson, pero que pertenecen al mundo infantil, a los niños, a nuestros pacientes y que por tanto, su conocimiento es necesario para poder dar una adecuada asistencia a nuestros pequeños y sus familias. En el número Me gusta ir al pediatra de la Suscripción Edúkame nos enseñan cómo es el desarrollo emocional infantil y nos ofrecen recursos, juegos, cuentos y otras herramientas para poder profundizar y trabajar dichos aspectos con nuestros pacientes y sus familias.