Para aprender sobre las emociones en situaciones cotidianas
La educación emocional queramos o no, seamos conscientes o no, empieza en casa. Y hablo de educación no como algo estructurado tipo curso, sino como un proceso que va a suceder en cualquier caso porque el modelado de los padres está presente y el niño observa cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.
Cualquier situación es una oportunidad para aprender
Así que, si tienes el propósito de ofrecer una educación emocional a tu hijo, lo primero que debes hacer es mirarte a ti mismo y darte de cuenta de lo que tu hijo está viendo en ti en ese plano. Algo que te puede dar mucha información sobre lo que está captando es observar cómo juega cuando él hace de papá o mamá con sus muñecos.
Una vez tengas esto claro y cuidado, podrás aprovechar y convertir cualquier experiencia del día a día en una experiencia de aprendizaje emocional.
Un ejemplo cotidiano
Estáis en casa de los abuelos y tu hijo se lo está pasando en grande jugando con sus primos, pero llega la hora de irse y él se niega en rotundo.
Hay varias respuestas posibles, entre ellas:
- La amenaza: ¡Sal por la puerta ahora mismo o no vuelves a venir a casa de los abuelos!
- La sumisión: Bueno, bueno, no te pongas así, nos quedamos un ratito más…
- Una oportunidad para la educación emocional: los padres permiten que el hijo exprese su inconformidad y malestar sin juzgarle. Le dan tiempo, le escuchan, se bajan a su altura y reconocen su malestar. Le ayudan a poner nombre a esa emoción y vuelven a reconocer su malestar. Ahora pueden ofrecerle alternativas e invitarle a que proponga las suyas:
"Hijo, veo que no te gusta nada la idea de irnos. ¿Quizás es porque te apena dejar a los primos? Sí, entiendo que no te guste y que te de pena. Es difícil tener que irse cuando uno se lo está pasando en grande. Quizás podamos buscar una solución, sabes que ahora nos tenemos que ir, pero podemos invitar a los primos para que vengan a casa esta semana y podáis continuar jugando, ¿se te ocurre a ti otra cosa?".
En la respuesta 3 los padres no teorizan sobre la educación emocional, la muestran con su presencia y su ejemplo y eso da como resultado normalmente que sea el niño el que salga primero por la puerta.
Los cimientos de la educación emocional
Comienza por lo básico: primero, mirarse uno mismo y solo después convertir cada situación en una oportunidad para mostrar a tu hijo cómo distinguir las diferentes emociones, darles nombre y buscar modos constructivos para expresarlas.
Iré escribiendo sobre cada uno de los aspectos sobre los que se puede trabajar desde casa en el día a día.