La bronquiolitis en el lactante
La bronquiolitis es una enfermedad frecuente de las vías respiratorias bajas del lactante, que se produce por la obstrucción inflamatoria de las pequeñas vías aéreas llamadas bronquiolos.
Los bronquiolos son las vías aéreas en que se dividen los bronquios y que desembocan en los alveólos pulmonares, es decir en los pulmones. Debido a la infección, los bronquiolos se inflaman, y se llenan de mocos, lo cual hace que se obstruyan y se dificulte la respiración.
Es una infección típica de los lactantes y niños pequeños (menores de 2 años), en esta edad los bronquiolos son de menor tamaño y se obstruyen más fácilmente.
Tiene un pico de incidencia entre los 3 y 6 meses de edad y es más frecuente en varones. Durante los meses fríos es una de las patologías más frecuentes.
Quién produce la bronquiolitis
Es una infección fundamentalmente vírica. El virus más frecuente es el virus respiratorio sincitial (VRS), está involucrado en el 70% de las bronquiolitis aunque hay otros virus que también la producen como los adenovirus, rinovirus, influenza, parainfluenza, metapneumovirus...etc.
Puede ser producida por un sólo virus o por varios virus a la vez, que es lo que se denomina coinfección. Estos virus son también los que causan los catarros en los niños mayores y adultos. La expresión de la infección es diferente porque como comentaba antes, el punto débil de los lactantes son los bronquiolos por su menor tamaño.
Cuáles son los síntomas
La bronquiolitis se presenta inicialmente, como un catarro, el lactante empieza con congestión nasal, mocos, tosecilla y unas décimas de fiebre (Temperatura axilar 37-37.9ºC).
Estos síntomas duran un par de días, posteriormente la tos empeora y comienzan con ruidos al respirar (“pitos” en el pecho).
Pueden asociar dificultad respiratoria (aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca, se les marcan las costillas al respirar o el espacio supraclavicular, mueven las alas de la nariz y suelen estar irritables). Ver artículo cuándo debemos acudir al médico ante un catarro o resfriado.
Al igual que los adultos cuando estamos acatarrados, es frecuente que no tengan apetito. Además los accesos de tos pueden desencadenar vómitos, que en parte, son beneficiosos puesto que es una manera de eliminar los mocos y secreciones acumuladas en el estómago. En estos casos es importante, vigilar estado de hidratación. Ver artículo de gastroenteritis aguda.
En los bebés prematuros y neonatos, a veces la bronquiolitis se puede manifestar con pausas de apnea (los bebés dejan de respirar durante unos segundos y se les ponen los labios morados). Lo cual requiere valoración médica urgente.