La hora de la comida, momento familiar o pesadilla | Edúkame

La hora de la comida, momento familiar o pesadilla

Gritos y peleas en la mesa ¿qué hacer?

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A partir de que el niño comienza a caminar empieza a ser más independiente y eso se refleja también a la hora de la comida. Un niño que no para quieto, que ofrece resistencia a comer, que coge rabietas y tira los cubiertos al suelo, puede hacer de la hora de la comida un momento de conflicto y lucha.

Cuanto más tratemos de imponerle la comida al niño, menos comerá y ese momento ante la mesa se convertirá en una situación de estrés y una lucha de poderes donde, tanto los padres como los niños, saldrán perdiendo.

Disfruta la hora de la comida

Haz de la hora de la comida un momento relajado y agradable, sienta al niño a la mesa cuidando que haya un ambiente agradable, una vajilla divertida, servilletas con sus personajes favoritos y sobre todo tu sonrisa.

La hora de la comida es para comer, por lo tanto aleja cualquier distracción como juguetes o tener la televisión encendida.

Utiliza ese momento para hablar con tu hijo de cosas agradables, cuéntale alguna anécdota divertida de cuando tú eras pequeño, cántale una canción o coméntale qué vais a hacer después de comer.

Tal vez tu preocupación es pensando que tu hijo come poco, anota las horas y las veces que come algo, no todo el mundo necesita comer lo mismo. No insistas una y otra vez en que coma, cuando se sienta a la mesa, tú pequeño ya sabe que es para comer. Si le das tú de comer, espacia las cucharadas entre 5 y 10 segundos y ponle raciones pequeñas, especialmente si es una comida que no le gusta o es la primera vez que la va a probar.

A la hora de la comida es necesaria también una rutina, comer a la misma hora, en el mismo lugar y con las mismas condiciones. Un horario razonable para niños de 3-4 años es: almuerzo de 1,30-14 horas y cena de 20-20,30 horas.

Si le vas a ofrecer un alimento nuevo, introdúcelo poco a poco y junto a otros que le gusten más.

Marca un tiempo para la comida y respétalo, si el niño se levanta o tarda mucho en comer, el tiempo seguirá corriendo y al final se quedará sin comer. Si respetas las comidas y no le das nada entre horas, poco a poco irá aprendiendo que debe aprovechar la hora de la comida porque sino luego tendrá hambre.

Elaborar juntos el menú semanal y déjale que te ayude algún día a preparar la comida, se comerá mejor lo que él mismo ha preparado.

Si ha comido bien puedes premiarle en una de las comidas con un postre sorpresa, puede ser un helado, unas natillas o algo que a él le guste especialmente.

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Escrito por:

María Nuez
María Nuez

Madre que habla a otras madres de igual a igual.

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