¿Se debe reñir a un bebé cuando llora?

La respuesta a tu pregunta es No. No se debe regañar a un bebé cuando llora, y menos, pensar que con ello lo estamos educando.

El llanto del bebé es su forma de comunicar y expresar algo. Este “algo” puede ser miedo, dolor, disgusto, hambre, sueño, sensación de inseguridad, de incomodidad, etc. El mundo que le rodea es muy complejo para su corta edad y ello le provoca muchas sensaciones difíciles que no puede entender por él solo. Necesita de la ayuda, orientación, protección, consuelo del adulto.

Cuando un bebé llora ante todo debe ser atendido. Si se le deja llorar sin atenderlo aumentará su ansiedad, se sentirá inseguro y abandonado y con ello estaremos malogrando su mundo emocional.

Si ante su llanto recibe una regañina no le estás ayudando a validar y calmar su sensación (sea cual sea). El bebé llora porque necesita ayuda, consuelo, calma y a cambio recibe una bronca. Con esta actitud es como si le estuvieses diciendo “no me importa porque lloras, no sé que te pasa ni qué me quieres expresar, lo único que quiero es que te calles”.

Son numerosas las situaciones en que los padres se sienten bloqueados ante el llanto del bebé por no saber cómo actuar, qué ofrecerle, cómo ayudarlos. Y lo único que desean son soluciones para calmarlo pues ese llanto les genera impotencia, malestar y tal vez dolor.

Sería más sano y honesto coger al bebé o acariciarlo y con el corazón abierto transmitirle este mensaje "lloras y no sé que te pasa, me gustaría ayudarte pero no sé como hacerlo" (seguramente la cercanía de este mensaje ya hará mucho...).

Lo que como adultos sentimos ante el llanto de nuestros hijos tiene mucho que ver con nuestra propia mochila emocional: cómo nos permitimos nosotros nuestro llanto, cómo nos permitimos (si lo hacemos) expresar el miedo, la inseguridad, el disgusto, la soledad…, qué hacían nuestros padres cuando llorábamos, qué mensajes hemos recibido (y esto mismo lo trasmitimos a nuestros hijos de forma casi automática y sin apenas poner conciencia).

Atender lo que sentimos cuando los niños (o bebés) lloran. Atender nuestra impotencia, inseguridad, bloqueo, rabia ante este llanto es lo único que nos puede mostrar otro camino para acompañar a nuestros hijos en el dolor que supone crecer.