Aprendiendo sobre sexualidad infantil
La masturbación infantil es una etapa más dentro del desarrollo madurativo de nuestros peques. En esta etapa es muy importante la respuesta del adulto frente a estos juegos.
Si en casa el peque siente respeto y naturalidad por su juego irá integrando sus genitales como una parte importante de su cuerpo. Asociará su pene o vagina con aspectos positivos como placer, juego, divertido, me siento a gusto, me libera, es mío, me hace sentir bien, etc. Aspectos todos necesarios para su futuro desarrollo sexual.
Pero en muchas ocasiones, los peques se concentran en su placentero juego sin importarles si hay más gente delante, si están en casa de un amigo, de los abuelos, de la vecina, etc. Por lo que se pueden encontrar con reacciones negativas, reprimendas, burlas por parte de otros adultos o de otros niños o jóvenes.
Si se masturban en espacios de la casa comunes o cuando hay gente, lo mejor es orientarles que estos juegos se hacen más a gusto en un espacio privado: "entiendo te guste mucho rozarte de ese modo /tocarte, jugar con tu pene/vagina, pero es algo que es mejor hacerlo en un espacio privado, donde no haya nadie más que tú. La próxima vez lo haces en tu habitación, de acuerdo cariño?" Y un beso y abrazo son el final ideal para esta conversación.
Desviar su atención
Dependiendo de la edad del niño, puede que después venga un ¿Y por qué? Pues..... Porque es un juego íntimo, que solo te pertenece a ti y mejor practicarlo cuando estés solo/a así nadie te molestará.
Esta explicación la entenderá perfectamente un peque de 3 años como de 6. Ambos captarán (a su nivel) tu mensaje positivo, tu seguridad, tu respeto, tu amorosidad.
Si te das cuenta que tu peque se empieza a tocar, rozar y consideras que no es lugar ni el momento adecuado lo ideal es captar su atención de forma discreta para motivarlo a que realice otra cosa.
Sin mencionarle de forma directa "No te toques ahora", "No juegues aquí", sin dirigirte a él/ella de forma directa para parar su acción, sin mirarle con mala cara, sin reprimirle, sin castigarle, sin hacer gestos negativos. Simplemente le llamas y le propones hacer algo que tú sepas le va a gustar o apetecer. La verdad, es que motivar a un peque para que juegue con su mamá o papá es muy fácil.
No se trata de impedirles que se masturben, ni de desviar su atención para que dejen de tocarse o rozarse siempre que tú te des cuenta, si no de que lo dejen para otro momento más íntimo...
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Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame