La fiebre, un síntoma que genera preocupación en los padres
El cuerpo humano tiene una temperatura corporal que oscila entre 36-37ºC, dependiendo de la edad, y de cada individuo. Además la temperatura corporal varía a lo largo del día, suele ser más baja por la mañana y por las tardes un poquito más alta. También depende de otros factores externos como la temperatura ambiental, si uno hace ejercicio, si está más o menos abrigado...
Se considera fiebre cuando la temperatura axilar es superior a 38ºC, o la rectal mayor de 38,5ºC. Cuando la temperatura axilar está entre 37 y 38ºC es lo que llamamos febrícula o coloquialmente décimas.
Cuando el niño tiene fiebre, suele desencadenar mucha angustia y preocupación en los padres, que suele ser proporcional al grado de la fiebre. En este artículo comentaremos el significado de la fiebre, y en los siguientes os iré informando de cuándo nos debemos preocupar y cómo debemos tratarla.
La fiebre es un síntoma
La fiebre en sí no se considera una enfermedad, es sólo un síntoma de que hay un problema. Este problema puede ser de distinta naturaleza:
Causa infecciosa: es la más frecuente y en la que todos pensamos cuando el niño tiene fiebre. Cuando un niño tiene una infección, el organismo pone en marcha diferentes mecanismos de defensa que tiene para combatir la infección. Uno de estos mecanismos es la fiebre. Se cree que el aumento de la temperatura corporal crea un ambiente más incómodo para el “bicho” causante de la infección.
Golpe de calor: como comentaba antes, la temperatura ambiental influye en la corporal. Esta influencia es mayor cuanto más pequeño sea el niño. Ver artículo efectos negativos del calor.
Exceso de ropa: los recién nacidos y los lactantes pequeñitos, regulan peor la temperatura corporal, por lo que factores externos como el ambiente caluroso o el exceso de ropa pueden hacer que aumente la temperatura corporal.
Reacción post-vacunal: tras la administración de las vacunas es relativamente frecuente que los niños presenten fiebre ó febrícula. Suele aparecer a las 24-48 horas de la vacunación, salvo cuando la vacuna es la triple vírica, que la fiebre típicamente aparece a la semana.
Deshidratación: es lo que se denomina fiebre de sed y es típica de los recién nacidos y lactantes pequeñitos en verano, cuando no ingieren la cantidad de líquido que necesitan para mantener un estado de hidratación adecuado.
Traumatismos importantes, postoperatorios, enfermedades crónicas, procesos inflamatorios son también otras causas de fiebre.
La dentición puede producir febrícula, pero no suele producir fiebre.