El día a día de una mamá
Hoy estoy de muy mal humor. Me noto tensa e irascible, todo lo relacionado con mis hijos me molesta.
Iván se ha levantado de buen humor habla con euforia y alegría, pero a mi hoy me molesta oír su voz tan fuerte de buena mañana. Salta por la cama, bota, ríe, hace el payaso. Yo quiero que se vista, que además lo haga solo y rápido, así yo mientras le preparo el desayuno para que rápidamente coma y se vaya al cole con su padre cuanto antes. Está tan enjugazado que no se viste, sino que bota, ríe, corre por toda la casa cantando y riendo.
Se ha despertado su hermana. Siento que ya se me hacía pesado con uno... ahora también tengo que encargarme de la peque.
Mi mal humor va en aumento y no tengo paciencia. Los peques siguen en su mundo feliz y todo va más lento de lo que yo quisiera.
La peque también se ha levantado de buen humor, pero de ella se encarga hoy su padre. Yo mientras preparo los desayunos y después debo estar por los dos para que desayunen sin demasiada demora, lavar manos, cara, dientes, peinar, poner abrigos, "corre, corre" que llegamos tarde al cole....
Lo mismo de cada mañana. Y después será la misma rutina de la comida, la merienda, los baños, la cena, el dormir; la casa, la compra, la ropa, etc. Un sinfín de obligaciones que no dan tregua, no permiten descansar.
Me reconozco harta, cansada de siempre lo mismo, de estar en el cuidado permanente de mis hijos, mi familia, de estar en la entrega absoluta y disponibilidad quedando lo mío para... Para cuando se pueda, pues es secundario.
Mis hijos esta mañana estaban de buen humor y yo en cambio estaba que mordía y muy tensa. Me tensa el temor que hoy siento de sentir este hastío. Me avergüenza sentir que hoy los odio, que hoy me cansan. ¡No puedo más, estoy harta, más que harta! Me pierdo, no sé dónde quedan mis necesidades entre tanto niño pequeño.
Ahora lloro a moco tendido. Lloro el ahogo que siento en mi pecho, lloro porque hoy siento tírria hacia mis hijos, hacia la responsabilidad diaria que conlleva criarlos. Lo lloro y me lo reconozco: estoy harta.
No me culpo, ya no me avergüenzo, siento que tengo el derecho de tener estos sentimientos y que los tengo que expresar de alguna manera (aunque no me es fácil). Lloro y saco mi saturación pataleando fuerte en el suelo (si a mis hijos les funciona, tal vez a mi también).
Me siento con menos rabia y un poco más ligera. Mi corazón batea a cien por hora y la sangre corre con fuerza por mis venas.
He aligerado la pesadez que llevaba encima y puedo sentir con fuerza que adoro mi familia, que me encanta estar por ellos y que la rutina diaria de la crianza la siento menos pesada. Ahora recuerdo las risas y la euforia de mis peques de esta mañana y me apetece reírme. Son mi alegría.
Parece duro o feo tener el sentimiento de "odio a mi hijo, me cansa, me aburre la responsabilidad que conlleva criarlo". Pero los sentimientos no tienen color y no son ni bonitos ni feos, simplemente son. No es un odio ni hastío permanente. Es el sentimiento de hoy, de estos momentos.
Lo realmente duro e insano es no darle salida. Podemos odiar a nuestro jefe, a nuestra madre, a nuestro hermano por un hecho concreto y luego se nos pasa. Pues a nuestros hijos también porque por ellos renunciamos a muchas cosas y cuando son pequeños es muchísimo trabajo y entrega.
Y por todo ello, y mucho más, los amamos tanto. Y jamás dejaremos de hacerlo. Son el motor de nuestras vidas, nos llena el alma sus caricias, sus besos, verlos crecer. Y lo haremos mucho mejor si nos damos el permiso de ir reconociendo, expresando y vaciando nuestros sentimientos de saturación, rabia, resentimiento, sensación de pesadez, ahogo que tenemos en momentos concretos.
Me voy a hacerle la comida a mi peque que enseguida la tengo que ir a buscar a la guardería. Tengo muchas ganas de verla y abrazarla. Me siento mucho mejor, vacía, con más paciencia que esta mañana y sin mal humor.
Si te ha gustado compártelo... Un pequeño gesto para ti, una gran ayuda a todos.
Si crees que puede interesar a otras mamás compartelo en tus grupos de Whastapp.
Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame