Mi hija llora y no quiere ir a la guardería
Tengo una peque de 2 años, la acabamos de inscribir a la guardería y ya lleva semana y media. Cuando se levanta por las mañanas llora en cuanto ve su mochila y se da cuenta que papá y yo nos estamos arreglando para ir al trabajo. No para de llorar y solo repite “escuela no”. En los últimos 2 días al llegar a la guardería deja de llorar pero dice la maestra que en todo el día no habla, sí juega y baila pero no quiere hablar. Al regresar a casa cuando preguntamos como le fue y qué hizo, no nos contesta y cambia el tema poniendo su atención en otra cosa, pidiendo algo o simplemente se queda callada. Me preocupa que esto afecte su desarrollo o que la tengamos sobre protegida y por eso se porte así ya que es la única nieta y el único bebé de la casa.
Estáis en un momento difícil para los tres. Para tu peque porque la separación de mamá/papá no es nada fácil (sea a la edad que sea), y para vosotros ver cómo vuestra hija sufre es duro también.
El camino del crecimiento tiene tramos alegres, curiosos, dulces y también tramos tristes, dolorosos, de soledad. Ahora tu hija está atravesando un tramo doloroso. Y por más que tú se lo quisieras endulzar para que lo viviera de otra forma, que le fuera sencillo, agradable, que se integrara de forma alegre y rápida a la guardería, la verdad es que el desapego de papá y mamá es un paso importante y que en los inicios se vive con tristeza, con dolor.
Tu hija necesita tiempo para integrar y aceptar este cambio, este nuevo paso en el camino de su crecer.¡Apenas lleva dos semanas! Daros tiempo los tres. No tengáis prisa no queráis huir de sentir la tristeza que os produce a los tres la separación.
Aceptarla y vivirla. Con ello le estaréis enseñando a vuestra peque que no todo en la vida es agradable, divertido. Que el dolor, la tristeza también forma parte de la vida.
Por la mañana podéis utilizar el recurso de la Cajita de Besos. Por la tarde, al recogerla no le hagáis preguntas generales del tipo “¿cómo te fue?” “¿qué has hecho hoy?” son demasiado abiertas, genéricas y nuestros peques no están preparados para contestarlas. Mejor preguntar poco y en todo caso por aspectos muy concretos “¿Has pintado hoy? ¿Con los dedos o con pincel?”, “¿Has jugado con las muñecas? ¿Te da besitos tu profesora?
Mejor que preguntar sobre cosas es compartir y hablar de sentimientos. Compartir con vuestra hija lo que sentís “me gustaría estarme contigo todo el día, me da pena tener que ir a trabajar y tener que dejarte en la guardería… pienso mucho en ti todo el día y a ratos me pongo muy triste. Pero ahora que estamos juntas estoy feliz”.
Aprovechar las tardes para hacer juegos de contacto, caricias, masajes. Estar juntos y reíros, compartir cosas sin tener más obligación que la de nutriros de estar juntos. Vuestro corazón está triste y necesitáis mimaros.
Veréis como no huir de la tristeza, del dolor os da fuerzas a los tres (y una buena base) para proseguir en el camino del crecer.