Mi hijo ya pide el pipí pero ahora no hace caca

¡Hola Angelica! He escrito mucho sobre este tema y te animo a que te leas con mucha atención todo lo que he ido escribiendo. Seguro que os pueden ayudar.

Sobre todo, ten muy muy presente que estas en el inicio de un proceso. Un proceso implica días, semanas o tal vez meses y vosotros acabáis de empezar. Sólo llevas siete días. SOLO y ya estás desesperada. Esto implica que estás teniendo con tu hijo una actitud de exigencia y de prisa que se podría traducir como: “quiero que mi hijo lo haga bien y que sea rápido”. De esta frase sólo se está cumpliendo la rapidez que en una semana ya te pide el pipi, pero no lo está haciendo bien porque no te pide la caca, y es más,¡ni tan siquiera la hace!”.

Tú tienes esta actitud de forma inconsciente y te animo a que te des cuenta, que la hagas consciente pues es la que capta tu hijo por todos los poros de su piel. Tu exigencia le puede crean más miedo, inseguridad y por lo que ves también bloqueo.

Date cuenta que estás enfocando este proceso de aprendizaje de tu hijo en valorar los logros y como no hace caca no hay logro, y por tanto acabas valorando de que algo va mal y te desesperas.

Angelica, no va nada mal. Como parte de su proceso de aprendizaje tu hijo está en la dificultad de hacer caca en el váter. Bien, pues comprende su dificultad con el corazón, ayúdalo con tu paciencia, con tu comprensión, no le metas prisas pues solo lleváis una semana y tal vez tu peque necesite dos meses para este aprendizaje. ¿Estás dispuesta a ofrecerle dos meses  (o más) de tu más sincera comprensión, paciencia, sin prisas, sin juzgar, sin valorar que lo estáis haciendo bien o mal?

Tu peque necesita saber que todo está bien, que está aprendiendo, necesita tu seguridad, tu confianza en él, que valoras su esfuerzo y valoras su ritmo y proceso. Si percibe esta actitud de ti, tal vez, se relaje y haya un “desbloqueo” en el miedo que ahora tiene a hacer caca.

Eso sí, sigue ofreciéndole constancia para que pueda aprender con seguridad, es decir, no bajes la guardia durante unos cuantos meses y sigue estando pendiente de llevarlo al váter tres o cuatro veces al día. Aunque él no te lo pida, tú lo llevas: "- ahora toca ir al lavabo a hacer pipi. - No tengo ganas. - Bueno, pero con o sin ganas es el momento de ir  al lavabo, vamos cariño". Y lo acompañas. Cada dos o tres horas como máximo deberías llevarlo a hacer pipi, no esperes que sea él quien te lo pida, pues en muchos momentos cuando él se de cuenta ya será demasiado tarde... y como está aprendiendo necesita de la "disciplina horaria"  y de esta constancia para ir adquiriendo este hábito. Aprovecha para preguntarle "- ¿Sale caca? - No. -Vale, pues ya saldrá en otro momento..." Y con respeto pero con constancia, confias que tu hijo encontrará la manera de hacer caca en el váter.

En vez de conectar con la desesperación, conecta con la confianza que cuando sea su momento hará caca en el váter.