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Mi hija se muestra enfadada con su padre
Hola, estamos preocupados. Nuestra hija, que está por cumplir los 2 años, es muy cariñosa todo el día habla de su papá pero cuando nos vemos, después de trabajar, sólo pelea con él, no se deja besar, ni abrazar. ¿Será que necesita más tiempo a solas con él? Gracias

Hola Sylvia. Tal y como redactas tu consulta, interpreto estás en una actitud abierta. Nunca hay una respuesta única, ni la adecuada. Siempre hemos de estar observando las conductas, reacciones de nuestros peques y preguntarnos qué está pasando en su interior para que se comporten así.
Observas el comportamiento de tu hija y te das cuenta que esa manera de estar con su padre puede significar algo y haces muy bien en plantearte preguntas de forma abierta y flexible. Esta actitud te permitirá estar más paciente, respetuosa y comprensiva con tu hija.
Recuerda que tu hija está en una edad en que las emociones le inundan. Siente muchas cosas (tanto positivas como negativas), a las que no sabe poner nombre pero que sí necesita expresar. Y no siempre lo expresará en coherencia con lo que siente.
Efectivamente, puede estar deseando más atención de su papá y lo expresa con enfado. Pero puede también que detrás de este enfado haya rabia, frustración por no tener a su papá todo el día, o porque su papá no le presta absolutamente toda la atención que ella quiere (porque también presta atención a su esposa, o sea mamá, o porque también presta atención a otras cosas).
Comprender estos aspectos nos permite estar más respetuosos y compasivos con nuestros peques. Pero ello no significa que tengas que ofrecer a tu hija una atención exclusiva las 24h, si tú consideras que ya está suficientemente atendida.
Nuestros peques necesitan al día un rato de atención exclusiva, de compartir, escuchar, jugar. No vale eso de “mientras tú pintas yo miro el periódico”. Ellos son pequeños pero muy expertos y transparentes.
Si su papá y tú compartís con ella (por separado) un buen rato diario a jugar, dibujar, baño, caricias, risas de forma presente, como si no importara nada más en ese momento ella se sentirá realmente querida, atendida, mimada y será lo que le dé fuerzas para encajar las inevitables frustraciones.
Educar no es fácil y es un camino que se mueve entre la entrega amorosa y compresiva y la frustración.