Mi hijo de 5 años se enfada mucho cuando pierde
Mi hijo de 5 años ha comenzado a entrenar a fútbol. Le encanta. Él es alguien con mucha motivación en general, tanto en la escuela como en el propio fútbol. Es muy competitivo y bastante egocéntrico, aunque en el campo en pocas semanas entiende las reglas y respeta los saques y el compartir la pelota.
El caso es que si pierde entonces ya viene el drama. Se enfada enormemente y normalmente lo paga conmigo. El no reconoce que está enfadado por eso y lo cierto es que no veo ni a un solo niño en el vestuario enfadado. Me dan ganas de desapuntarlos cuando esto ocurre.
Él se niega a hacer cualquier cosa que le diga: cambio de zapatos, chaquetas y siempre encuentra algo para culpabilizarme, la merienda o que no quiere que vaya más a verle.
Me entristece la situación. ¿Qué puedo hacer?
Es normal que los niños y niñas pequeños no tengan tolerancia a la frustración, pero es un aprendizaje que se debe de alcanzar antes de los 6 años de edad. Para ello se necesita entrenamiento y unos padres que guíen con pautas claras y desde la educación emocional.
No desapuntes a tu hijo, aprovecha cada partido como entrenamiento emocional para que vaya aprendiendo a regular la intensidad de sus frustraciones, a tolerar que perder es una opción más dentro del juego sin culpabilizar a nadie.
Te puede ayudar mucho la guía Emociones y deporte, concretamente el apartado Las cosas del deporte que no gustan y que enseñan (pág. 20).
Y el reto: Enfadarse sin pegar que te dará pautas para enseñar a tu hijo a ir tolerando sus frustraciones y regular la intensidad de sus enfados.