Decir no de forma asertiva previene situaciones de acoso o bullying
Sabemos que es necesario educar con límites (pocos y claros) a nuestros hijos pues ello les revierte en seguridad, protección y regulación emocional. Pero también es importante que nuestros hijos, desde pequeños aprendan a poner sus propios límites.
¿Cómo pueden poner sus límites? De una forma bien sencilla: diciendo no.
A partir de los tres años, deben saber que tienen el poder de decir no ante una situación desagradable. Deben saber que tienen la fuerza de la palabra y esa fuerza les permite dejar claro que no quieren ser pegados, empujados, golpeados, burlados, rechazados, etc.
Los niños y niñas desde pequeños suelen actuar por instinto y se suelen defender con agresividad a través de su cuerpo: mordiendo, gritando, empujando, golpeando, pegando, etc., pudiendo llegar a consolidar comportamientos violentos. El menor que se defiende a través de la violencia física es porque no ha conocido otra forma de usar su fuerza, como por ejemplo, usar la fuerza de sus propias palabras.
Para que los menores de cualquier edad puedan usar la fuerza de la palabra es necesario que alguien les enseñe dos cosas (yo lo hago a partir de los 3 años de edad):
- Que tienen esa fuerza, es decir, que tiene el poder de decir no, (o basta, se acabó, así no me gusta, así no lo quiero, etc.).
- Cómo hacerlo, cómo decir ese NO de forma asertiva y sin usar la violencia.
¿Preparado para hacer de modelo educativo?
En un momento del día en que estéis tranquilos pregúntale a tu o hija “¿Cuándo en el colegio te hacen o dicen algo que a ti no te gusta, ¿qué haces?” (Escucha su respuesta). Si es menor de 6 años, ponle un ejemplo más concreto, “Cuándo estás en el recreo y tu amigo José te empuja, ¿tú qué haces?”. “Cuándo tu amiga te dice tonta, ¿tú que haces?”.
Tras escuchar de forma activa su respuesta explícale que puede actuar de otra forma, pues tiene el poder de decir no cuando algo no le gusta: “¿Sabes que puedes decirle NO? No me empujes, no soy tonta, no me insultes, no me trates mal, no me gusta lo que me has hecho”.
Vamos a practicarlo
Primero haz tú de modelo e intenta partir de una situación real que tú conozcas o que tu hijo o hija te haya contado.
Con cara seria, voz fuerte y contundente y un gesto corporal firme di, por ejemplo, “No me insultes” o “No me empujes” o “No me quites mis colores”.
Después anima a tu hijo a que te imite y enséñale a hacerlo de forma asertiva:
- Si usa un tono demasiado débil, ayúdale a sacar la fuerza por su garganta. Yo suelo poner mi mano en la parte baja de su barriguita y les digo “Tú tienes tu propia fuerza, siéntela en esta parte de la barriga que te estoy tocando, llénala de aire para que luego salga por tu garganta con un NO más fuerte”. Practicadlo juntos dos o tres veces, para que vaya cogiendo confianza en su propia asertividad.
- Si, por el contrario, usa un tono agresivo o incorpora gestos corporales agresivos, enséñale que la fuerza está en sus palabras y que ésta fuerza sale de su barriga. Practicadlo como en el caso anterior varias veces.
Así en un entorno seguro, protegido y guiado por sus padres, podrá ir practicando poner sus propios límites y sentirse bien consigo mismo (buena autoestima) sin ser violento con los demás.
Si te ha gustado compártelo... Un pequeño gesto para ti, una gran ayuda a todos.
Si crees que puede interesar a otras mamás compartelo en tus grupos de Whastapp.
Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame