Papá y mamá, referentes de aprendizaje para el niño

Los niños ven a sus papás como su modelo principal: cuando estamos cocinando, limpiando o leyendo quieren imitarnos. Se fijan en todo lo que hacemos para luego repetirlo.

El otro día mi cuñada me explicaba que su hija de 4 años, con su cocinita de juguete, hacía ver que preparaba la comida para papá. La estuvo observando un rato, sin que la niña se diera cuenta, y no se podía creer que su hija supiera todos los pasos para preparar el postre favorito de papá, cuando en realidad nunca se lo habían enseñado directamente.

Es así, les gusta hacer lo mismo que nosotros e incluso repetir nuestras frases y nuestros gestos, hasta el punto que a veces resulta sorprendente lo mucho que aprenden simplemente viéndonos. El hecho de jugar juntos en familia facilita que los niños tengan el modelo de sus papás en lo que se refiere a ocio y diversión. El peque puede ver, por ejemplo, cómo reaccionan papá y mamá ante el hecho de ganar y perder, cómo compiten o cooperan, cómo ríen y se divierten juntos…

Es importante que los padres sean referentes en todas las facetas posibles de la vida, también en la del ocio, para darle modelos positivos y ayudarles a gestionar las emociones relacionadas con el juego y la diversión.

Además, los niños nos verán como personas con las que también pueden divertirse, y podremos ser su reflejo para que luego, en el juego con otros niños, sean mucho más autónomos.