Los juegos de mesa y sus beneficios
Aprender a ganar es fácil. Nos hace sentir bien y nos alegra. Sin embargo, aprender a perder cuesta un poco más. Muchos niños -e incluso adultos, para qué engañarnos- toleran muy mal la derrota: se enfadan, culpan a los demás e incluso reaccionan con rabietas.
Y es que perder es frustrante, pero los niños tienen que aprender a tolerar la frustración, a sobrellevar esa emoción y gestionarla de un modo positivo. Porque la frustración es una emoción muy frecuente en nuestras vidas, y también en la de los niños: suspender un examen, perder un juguete, no ser elegidos para el papel de protagonista en una obra de teatro... mil y una situaciones les pueden generar frustración. Los adultos sabemos que ahí no se acaba el mundo, que después de eso podemos sacar una lección, que podemos volverlo a intentar y hacerlo mejor... Y también sabemos que a veces otra persona lo hace mejor que nosotros y aceptamos que merece ganar.
Aprender a tolerar la frustración no es fácil, es parte del desarrollo de la educación emocional. Requiere vivir muchas experiencias de derrota para que uno se adapte a ellas y sepa hacerles frente. Por eso los niños reaccionan con mucha más intensidad: en su vida se han encontrado pocas veces con esa sensación y cuando la descubren les afecta mucho. Ellos viven en la inmediatez del presente, así que les resulta muy difícil entender la utilidad futura de esta emoción. Por más que les digamos “la próxima vez lo harás mejor” eso no logra consolarles. Necesitan vivir esa próxima experiencia y ver su propio progreso, acumular varias vivencias de éxito y fracaso para normalizar esta emoción.
¿Cómo ayudan los juegos de mesa a tolerar la frustración?
En este sentido, los juegos de mesa son ideales para acelerar el proceso. Cuantas más veces juguemos mejor, porque en cada derrota su frustración irá disminuyendo al irse compensado también con muchos éxitos. Irá acumulando experiencias y ampliando su visión de las cosas. Entenderá que perder no es algo personal, que no significa “yo soy malo” o “yo lo hago mal”. Aprenderá de sus errores y a aceptará que no siempre se puede ganar.
También es muy interesante que nos vea perder, que vea cómo reacciona papá o mamá cuando ha perdido. ¿Qué se dice mamá a si misma? ¿Qué le dice al ganador? ¿Sonríe y le felicita o llora y grita? Si nos vé afrontando la derrota con humildad y sin enfados, aprenderá a actuar así cuando le ocurra.
¿Cansada de los típicos juegos de mesa?
Entonces seguro que te van a encantar los juegos de Edúkame, juegos especialmente diseñados para atender vuestras emociones mientras os divertís en familia.
Puedes probar gratis el juego de los monstruítos, o mejor aún, conseguir tu suscripción Premium y acceder todos los juegos, guías y recursos de Edúkame sin limitaciones.
Si te ha gustado compártelo... Un pequeño gesto para ti, una gran ayuda a todos.
Si crees que puede interesar a otras mamás compartelo en tus grupos de Whastapp.
Escrito por:
Psicóloga infantil, especialista en e-learning (educación y TIC)
Perfil G+: ver