El enfado en las películas infantiles | Edúkame

El enfado en las películas infantiles

Educación emocional a través de las películas

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Todas las películas infantiles muestran las emociones de los personajes, por ello resulta muy interesante utilizarlas con nuestros hijos para reflexionar sobre esas emociones. Podemos aprovechar que los niños disfrutan viendo la misma película una vez tras otra, llegando a comprender perfectamente la trama de la historia e incluso a memorizar los diálogos. Así, una vez que tu hijo haya interiorizando el argumento de su película favorita, es un buen momento para reflexionar con él sobre las emociones que han ido apareciendo

El enfado en las películas infantiles

Todos conocemos al clásico pato Donald, un personaje que se irrita fácilmente, que siempre está malhumorado y que no duda en mostrar su enfado cada vez que algo le incomoda. Pero más allá de este tipo de personajes que viven enfadados la mayor parte del tiempo, muchas otras películas pueden mostrarnos el enfado de una forma más natural, con la que todos nos podemos sentir identificados.

Y es que enfadarse es algo natural que las películas infantiles no dudan en mostrar, e incluso muchas veces se convierte en el conflicto principal que conduce la historia, haciendo que los protagonistas deban superar sus diferencias y evolucionar hasta poner remedio a su enfado.

Por ejemplo, la famosísima película Frozen gira entorno a dos hermanas que se enfadan. Elsa, la mayor y más responsable, no acepta la decisión impulsiva de su hermana e, incapaz de controlar sus emociones, congela el reino. Elsa pasa mucho tiempo encerrada en su palacio de hielo, pero finalmente, cuando Anna está en verdadero peligro, Elsa consigue dejar atrás su enfado y usar sus poderes con amor para devolver la calma al reino y recuperar la unión que tenía con su hermana.

Por poner otro ejemplo, la película Brave gira también entorno al enfado de la protagonista Mérida, con su madre, Elinor. La madre trata de controlar la vida de su hija para convertirla en una princesa modelo, pero la rebelde Mérida se niega, rompe el lienzo de su familia y busca un hechizo para cambiar a su madre, lo que la acaba convirtiendo en oso. Este hechizo tendrá graves consecuencias, poniendo en peligro la vida de su madre. En seguida Mérida se da cuenta de su error, pero tendrá que superar muchas dificultades hasta conseguir revocar el hechizo: sólo el arrepentimiento y el amor profundo lo pueden conseguir. La película termina con la unión de las dos protagonistas, que han conseguido dejar atrás sus diferencias y recuperar su vínculo.

¿Cómo utilizar las películas infantiles para hablar sobre el enfado?

Curiosamente, muchas películas giran entorno a los enfados que se dan dentro de una familia, y es que es el lugar donde las emociones son más intensas, justamente porque esos sentimientos están relacionados con las personas que más nos importan. Estas películas enseñan a los peques que es normal enfadarse con un hermano, con papá o con mamá y que esos enfados pueden llegar a ser terribles, pero que finalmente el amor que les une es más fuerte y eso les ayuda a superar las dificultades, a entenderse y reconciliarse.

También permite reflexionar sobre el motivo de esos enfados. Muchas veces es la protección excesiva de un miembro de la familia sobre el otro, o la necesidad de elegir un camino distinto al que los otros esperan de uno... situaciones que se traducen en algo mucho más simple: la diversidad de opiniones y necesidades. Porque en familia, generalmente todos vamos a la una y somos un equipo. Generalmente nos adaptamos a las necesidades de los otros y tratamos de comprender su punto de vista. Pero en otras ocasiones puede llegar a ser muy difícil lograr ese entendimiento y el enfado es irrefrenable.

Por suerte el enfado siempre acaba por desaparecer porque el sentimiento de amor es mucho más fuerte y duradero, tanto que permite dejar atrás las diferencias para volver a reencontrarse.

Puedes aprovechar las películas infantiles para hablar sobre todos estos temas con tus hijos, reflexionar sobre enfados pasados que hayáis tenido, recordar cómo lograsteis superarlos y, sobretodo, pensar en cómo podemos actuar en un futuro para que esos enfados no sean tan intensos y podamos remediarlos a través de la emoción más poderosa: el amor.

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Escrito por:

Irene Seguranyes Ventura
Irene Seguranyes Ventura

Psicóloga infantil, especialista en e-learning (educación y TIC)

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