Cómo actuar ante una mala conducta
Marta dice:
Tengo una niña de 20 meses que está poniéndome a prueba en todo momento pero solo a mi. En la guardería es muy buena niña, con la abuela y el papá se porta mas o menos bien, pero conmigo..... Me mira con provocación tirándose al suelo, se pone a llorar a la mínima, por las noches me llama chillándome y quiere esté a su lado todo el tiempo. ¿Cómo puedo saber cuándo decir basta, cuándo ceder, cuándo enfadarme por lo que hace y cuándo no hacerle caso?
Felicito tu consulta porque tanto la situación como el encabezamiento de las preguntas del final son las que nos suelen traer de cabeza a las madres: ¿Cómo puedo saber cuando…? El libro de Edukame habla precisamente sobre esto.
La figura de la madre facilita la expresión emocional
Me arriesgo a decir que sin excepción, los bebés y niños pequeños se comportan de manera diferente con la madre o figura de apego principal.
Como dices, con el resto del mundo pueden ser encantadores, pero, en ocasiones, basta con que aparezcamos nosotras para que de repente se pongan más ñoños o lloren más o exijan más…
Comparto contigo que a veces necesitaríamos un manual donde con tan solo buscar encontrásemos la solución, sin embargo, nuestros hijos y nosotras mismas somos únicos e irrepetibles, así como la relación que se establece entre los dos.
Nosotras somos su referencia principal, no la única, pero sí la más vinculante en sus primeros años de vida y la persona más adecuada para explorar, probar, descargar y experimentar con sus reacciones, comportamientos, emociones… porque esperan y vienen programados para que nosotras estemos ahí para guiarles y acompañarles en su manejo.
Qué mensaje hay detrás de su conducta
Cuando esta función de guía y acompañamiento no es satisfecha en el niño debido a un sentimiento de inseguridad por parte de la madre con respecto a su función materna, el bebé o niño pequeño seguirá repitiendo y probándonos hasta que sienta nuestra seguridad para manejar la situación.
Y no se trata de estar segura de todo, todo el tiempo, sino de darnos cuenta de cuándo no estamos seguras y poner los medios necesarios para buscar alternativas que nos den seguridad.
En muchas ocasiones pensamos de nuestros hijos que nos provocan adrede o nos toman el pelo y, sin embargo, otro modo de verlo es que nos están dando una oportunidad para aprender a manejar la situación de manera diferente, para aprender de nosotras y estar más conectadas con ellos cuestionándonos cosas como:
- ¿qué me está queriendo decir con este comportamiento?,
- ¿qué necesitaría yo recibir de mi madre si fuese ella?,
- ¿qué puedo hacer de manera diferente para que ambas nos sintamos mejor?
En la consulta explicas el comportamiento del niño y la interpretación que haces sobre él, sin embargo, no comentas nada sobre ti en esos momentos… Cada situación es única y lo que vale para hoy puede no valer para mañana… así es la experiencia materna, un continuo aprendizaje y puesta a punto de una misma.
Quizás te pueda servir valorar la posibilidad de buscar en tu ciudad grupos de madres que se reúnan para compartir experiencias y dudas sobre la crianza de los hijos o la utilización del servicio de vídeollamada en el cuál recibirás un acompañamiento y atención individualizados para poder trabajar sobre tus dudas y elaborar alternativas para la situación que planteas.