Significado y distinción
Hay múltiples y diversos foros que hablan sobre la empatía, pero hay una distinción que no siempre queda clara.
Es frecuente oir como definición popular de la empatía que "es saber ponerse en los zapatos del otro" para saber qué siente la persona que tenemos delante.
Nuestro cerebro ha desarrollado esta capacidad a lo largo de su evolución porque nos facilita la comunicación y la cooperación mutua. Ya los niños desde muy pequeños son capaces de empatizar y ayudar, si pueden, a otros.
La empatía es un recurso necesario y vital para una especie social como la nuestra.
Una distinción importante para mi es la que tiene que ver con el contagio de emociones. Me refiero a esas situaciones en las que lo que le pasa al otro es como si me pasara a mí. Sin embargo, ese contagio emocional no es empatía.
El significado de empatía y simpatía
La línea que separa la empatía de la simpatía es muy estrecha y para no caer en la segunda tenemos que estar conscientes del espacio que las separa. Esto lo sabemos bien todos los profesionales de la psicología, la intervención social, etc., que trabajamos con personas que están pasando por momentos difíciles.
Dice el diccionario de la Real Academia Española que empatía es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro y que simpatía es, entre otras acepciones, la relación entre dos cuerpos o sistemas por la que la acción de uno induce el mismo comportamiento en el otro.
Si, por ejemplo, alguien querido, o no, para mí lo está pasando mal por algo y yo sufro como él, estaré siendo simpática y no empática, porque habré rebasado el espacio entre ambas.
Distinguir entre empatía y simpatía
Es simpatía cuando nos contagiamos de la emoción del otro, quedándonos sin recursos para apoyar a la otra persona a superar esa situación e, incluso, sin recursos para protegernos a nosotros mismos del dolor ajeno.
Esto se produce porque, contagiado, ya no puedo ver al otro desde mi emoción que, aunque nos cueste creerlo, será diferente a la suya, ya que las interpretaciones que estemos haciendo de las mismas serán personales. Sufrir por algo que no me está pasando a mi, no me beneficia ni a mi ni al otro.
En cambio, la empatía me permite conocer, reconocer, comprender, apreciar y valorar lo que le pasa al otro pero siendo consciente de que lo que le está pasando, le pasa a él y no a mi. Esto me permite, por una lado, protegerme para no hacer míos problemas que no lo son y, por otro, poder apoyar al con más recursos en ese momento, aunque solo sean los de estar con presencia y total escucha para él.