Sufro por llevar a mi bebé a la guardería | Edúkame

Sufro por llevar a mi bebé a la guardería

Cuando la madre se separa de su hijo

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En muchas ocasiones, tras el fin de la baja maternal, los bebés se incorporan a la guardería a partir de los 4 meses. A esta edad quien lo pasa mal es la madre, más que el bebé. El bebé está muy atendido por las educadoras (alimentación, higiene, sueño, contacto y afecto) pero la madre se separa de su bebé por primera vez.

En las primeras semanas yo he consolado más a las mamás que a los bebés. Porque las mamás sufren, tienen el corazón triste, sienten que abandonan a su bebé. En estos momentos lo más sano para la madre y el bebé es que la tristeza que siente mami la verbalice, se la cuente a su bebé.

Los padres creemos hemos de ocultar nuestras inseguridades, temores, dudas, recelos, vacilaciones a nuestros hijos porque los creemos frágiles, porque creemos debemos protegerlos. Pero nuestros hijos (desde recién nacidos!!) ya perciben nuestras emociones. No entienden de palabras pero sí de sentimientos. Nuestros sentimientos desprenden una energía y esta energía acompaña a todos nuestros actos. Por lo tanto, si me siento culpable, si tengo dudas y estoy sufriendo aunque me lo calle mi bebé lo percibe, lo absorbe y también sufre.

Si hablamos con nuestro bebé de cómo nos sentimos, ya sea algo positivo como algo negativo, aunque parezca lo contrario, le estamos trasmitiendo paz. Lo que él percibía como si de un olor se tratase se confirma, se trata con naturalidad, se verbaliza, oye a su mami/ papi hablar del tema y le da paz (principalmente porque no tiene que ver con él, sino con su mami/papi).

"Me siento triste porque me voy a separar de ti por primera vez y no me apetece nada. Yo quiero estar siempre a tu lado, pero tengo que trabajar. He escogido esta guardería para ti donde seguro te cuidaran bien. No sé si hago bien, tengo muchas dudas, me siento desorientada. Tengo ganas de llorar. (Llorando) Ahora saldría corriendo contigo en brazos. No dudes que te llevo siempre en el corazón, y que vendré a buscarte más tarde."

Existe el error que estos mensajes son nocivos para nuestros bebés, nuestros hijos pequeños o incluso adolescentes. Lo realmente nocivo es no atender a nuestros sentimientos y expresarlos. Si se quedan dentro hacen mucho daño, a nosotros y a nuestra familia. Sacarlos a fuera y compartirlos es lo mejor que les podemos enseñar a nuestros hijos.

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Escrito por:

Cristina Garcia
Cristina Garcia

Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame

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