Un juego sencillo y dinámico que potencia las habilidades motrices
La danza del huevo es un juego singular por su originalidad, sencillez y porque logra divertir a toda la familia, tanto a los más pequeños como a los más mayores.
Nosotros ya somos unos expertos de la danza del huevo, pues a mis hijos les encanta jugar y me lo piden casi cada día. Y cuando yo no puedo juegan ellos dos solos. Para ellos es un reto muy motivador lograr aguantar los huevos con las partes de su cuerpo, y cada día logran un avance más.
Además, se han inventado otro juegos con los huevos saltarines, como pasárselo a ver a quién se le cae primero, botarlos y quién lo recoge...
Reglas sencillas
Pueden jugar de 2 a 4 jugadores y sus reglas son muy sencillas.
Sólo hay que tirar los dados y hacer lo que sus dibujos mandan. Los dados no llevan números, llevan unos sencillos dibujos que indican qué tienes qué hacer: moverte alrededor de la mesa, no decir nada, coger el huevo saltarín al vuelo, etc… y también indican donde te tienes que colocar el huevo: debajo la barbilla, entre las piernas, aguantándolo con el brazo, o con el cuello, etc.
Estos huevos están hechos de un material muy resistente que además los hace ¡saltarines! Ojo que se te cae uno….
Es un juego corto, pues al primer participante que se le cae un huevo pierde y se acaba la partida, ¡para empezar de nuevo otra!
Edad
Adecuado para jugar con niños a partir de los 5 años, pues necesitan tener la fuerza y la habilidad de poder sujetar el huevo según va indicando el dado. Aunque yo he jugado con niños de 4 años y se lo han pasado súper bien. Se les cae al suelo antes el huevo, así que las partidas son más cortas ¡pero se empiezan otras!
Con niños más mayores que tiene más capacidad motriz la motivación está en sumar más puntos (cuantos más huevos tienes mas puntos sumas!)
Un juego educativo
Es un juego con reglas sencillas y dinámico, es decir, propone un mínimo de acción con lo cual los niños no tienen que estar quietos ni concentrados mucho tiempo. Ideal para aquellos momentos en que la energía infantil necesita una válvula de salida.
Es un juego que permite potenciar las propias habilidades motrices del niño e irlas afianzando. Es decir, mientras juegan ponen en practica lo que son capaces de hacer con algunas partes de su cuerpo, por ejemplo, para ellos poder aguantar durante un ratito el huevo debajo de barbilla es un gran reto, o entre las piernas sin que se caiga mientras tienen que dar vueltas a la mesa
Garantiza la diversión y las risas de todos los participantes. Verás como a tu hijo le encanta verte jugar y tú también te reirás mucho.
Lo que se puede mejorar
La fragilidad del envoltorio es lo que menos me gusta de este juego.Es una huevera de cartón decorada con una pegatina amarilla.
El envoltorio de mi juego está ya un poco roto pero mi hijo de 6 años me propuso una sencilla solución “mamá esto lo arreglo yo con celo, pero si se rompe más cuando compres huevos no tires la caja, yo la pintaré de amarillo y así tendremos un caja nueva para mi juego. ¿Ves que fácil?”
Y la verdad es que si…
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Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame