El amor y el corazón, lo más importante para educar
En esto de educar a nuestros hijos recibimos mil consejos y orientaciones basadas en teorías complicadas que a menudo se contradicen. Sin embargo, hoy voy a ir a lo sencillo, voy a hablar del corazón, de lo que sientes cuando ves a tus pequeños cada noche al terminar la jornada.
Eso que no se puede explicar con palabras se llama amor del de verdad, del que no tiene condiciones ni cortapisas.
A veces ese amor se diluye en preocupaciones, en miedos que apagan nuestra voz interior. El resultado es confusión y la consecuente búsqueda de respuestas en expertos que a veces nos confunden más.
Somos sus guías
Hoy propongo que desterremos las guerras internas y en silencio escuchemos lo que resuena en nuestros corazones. Si lo hacemos sabremos que nuestros hijos e hijas han venido al mundo a hacer grandes cosas y que nosotros, sus padres, sólo somos sus guías.
El convencimiento de que nuestros niños son especiales, que tienen en su interior mucho que enseñar al mundo y a nosotros también. Esa certeza de saber que han nacido para ser grandes personas será reconocido por ellos y actuaran en consecuencia. Lo harán dándonos la razón convirtiéndose, el día de mañana, en la mejor versión de si mismos.
Creo en tí
Por ello, como padres y madres, uno de nuestros principales aprendizajes es que debemos de apostar por lo más sencillo: educar con amor, paciencia y sobre todo con fe en la grandeza de esas personitas que están a nuestro cuidado y que queremos tanto.
Habrá quien diga que una confianza desmedida en sus posibilidades les hará niños consentidos y mimados. Eso puede ser así en el caso del halago fácil y de la negación de los errores que puedan tener nuestros hijos. Pero hoy no me refiero a eso, si no a educarlos apostando por su esencia, por aquello que les hace especiales y únicos y que, en definitiva, les permitirá convertirse en adultos felices.
Orientación y límites
Posiblemente el camino no será fácil. Habrá que guiarlos por el camino de la vida, ponerles límites y ayudarles a conocerse, a gestionar sus emociones y a confiar en sus sueños.
En eso consiste ser un guía. En conocer el secreto de los pequeños matices, de las pequeñas grandes cosas que hacen que la vida merezca ser vivida.
Ciertamente nuestros hijos e hijas olvidaran que un día le compramos tal juguete o que su ropa era de marca. Pero en su día a día, con su actitud en la vida demostraran cuánta confianza depositaron en ellos sus padres.
Así que esta noche cuando nuestros pequeños descansen ¿qué les parece si les observamos dormir y nos dejamos llevar por nuestro corazón? ¿les dice algo su voz interior?
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Escrito por:
Licenciada en Pedagogía, coach de familia especializada en inteligencia emocional
Web: Educar en el Ser Perfil G+: ver