No sé cómo atender a mi hija cuando tiene rabietas
Tengo una niña de 22 meses y cada vez tiene un carácter más irritable, ante un NO por respuesta enseguida significa una rabieta o incluso estando a buenas pide las cosas con gritos y de malos modos. Aunque intento no prestar atención a sus malos modales o su rabia, no sé cómo parar ese círculo vicioso.
Te recomiendo te leas todo lo escrito sobre las rabietas. Tu peque está creciendo y por tanto pasará por diferentes fases como la de ir probando su autoridad, ir probando la reacción de papá y mamá en diferente momentos, intentar mandar, intentar hacer lo que desee y cuando desee. Imagino que es a lo que te refieres cuando dices que tiene un carácter más irritable, pues antes tendría un carácter de dulce bebé.
¿Qué hacer? Mostrarle con paciencia, amorosidad y de forma continuada cuáles son las buenas maneras y hasta dónde puede llegar (o sea, mostrar los límites).
Que chille ante un No, que grite o patalee porque no ha conseguido algo (tal vez quiere jugar con una muñeca y tú no lo dejas por ser el momento de ir a dormir), no es nada grave. No es malo, ni es de ser mal educada. Tu peque no es diferente a cualquiera de este mundo. Chilla, grita, patalea para mostrar su enfado y para demostrarse a ella misma que tiene poder, tiene autoridad y que lo quiere conseguir.
Respeta su actitud de enfado “ya veo estas muy enfadada. Lo siento, pero ahora no es el momento de jugar. Cuando te calmes te atiendo” Y la dejas en su enfado, no la atiendes más, no le insistes en que deje de llorar, en que así no se chilla. No le dices nada, la dejas tranquila que llore y saque su rabia. Cuando se acerque a ti, si lo hace gritando le dices de nuevo con naturalidad “si me chillas no te entiendo. Veo estás muy enfadada, saca tu rabia y cuando ya te encuentres menos furiosa hablamos”.
Cuando haya llorado, pataleado, gritado lo que ella necesite se irá calmando poco a poco. Entonces la tratas con dulzura (sin rencor, sin enfado. No ha hecho nada malo, así que no debes tratarla con mala actitud), la tocas con suavidad y entonces llevas a cabo lo que tiene que hacer (en este caso era irse a dormir sin jugar con la muñeca).
¡Ojo! Porque si después de la rabieta la peque obtiene lo que tanto deseaba (o sea, jugar con la muñeca en vez de ir a dormir), habrá aprendido que si llora y patalea con todas sus fuerzas conseguirá obtener sus deseos.
Y lo que debe aprender es que si está enfadada (porque le han dicho un NO) puede sacar su rabia, puede llorar, patalear, desahogarse gritando y llorando pero que igualmente debe cumplir con lo que dicen papá o mamá (pues ellos saben lo que es bueno y necesario).
Cuando estando a buenas, te pida las cosas gritando tú le puedes decir con voz muy suave y sin estar enfadada “a mi no me gusta que me hablen así. Cuando me hables bien te atiendo”. Y no lo haces más caso. Si sigue con este tono te apartas de ella, y como máximo le repites una vez más lo dicho antes (con voz suave). Cuando se dirija a ti con tono normal, entonces la atiendes amorosa, bien, contenta “ahora sí te atiendo, así te entiendo muy bien”.
Esta época es larga, se hace pesado para los padres y para los peques si se afronta con negatividad, si se generan demasiadas peleas, enfados, gritos, mal ambiente entre padres e hijos. Se suele perder la paciencia y se opta por etiquetar de “malcriados” a estos pequeños que lo único que están haciendo es crecer. Pero papá y mamá también necesitan descubrir cómo acompañar estos procesos.