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Niños que se comen las uñas

La onicofagia, un hábito muy común en la infancia

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Uno de los hábitos más comunes durante la infancia es la onicofagia, o lo que comúnmente conocemos como morderse las uñas.

Este trastorno suele comenzar a partir de los tres años, después de dejar el chupete o la costumbre de chuparse el dedo pulgar, a esta edad el niño ha alcanzado la suficiente coordinación psicomotriz como para manejar sus movimientos sin herirse.

Un 45% de los niños, sin diferencia de sexo, automatizan la onicofagia de manera inconsciente y este hábito se prolonga en un 30% de los adolescentes.

Causas por las que un niño se muerde las uñas

Es necesario identificar en qué situaciones el niño se muerde las uñas.

  • Es una manera de focalizar su ansiedad: puede que tu hijo se sienta angustiado o esté pasando por una etapa estresante, nacimiento de un hermanito, cambio de colegio, divorcio de los padres.
  • Es una manía asociada a una actividad concreta: observa si el niño tiende a morderse las uñas cuando ve la televisión, al ir al colegio o cuando le lees un cuento. Puede que su subconsciente asocie ver televisión = morderse las uñas.
  • Por imitación de los padres: tal vez el problema viene de familia y tu pequeño solo está siguiendo el ejemplo que ve en casa a uno de sus progenitores.

Cómo conseguir que el niño no se muerda las uñas

El problema se puede agravar si se reprende al niño o se utilizan expresiones hirientes, una vez identificada la situación o la causa de la ansiedad del pequeño, deberemos actuar en consecuencia.

Ayúdale a superar esa ansiedad, bien aceptando positivamente la nueva situación, o bien fortaleciendo su autoestima.

Las técnicas de relajación pueden ser beneficiosas para disminuir el estrés.

Si el niño se muerde las uñas en una situación determinada como por ejemplo, cuando ve la televisión, haz que tu hijo sea consciente pero sin regañarle, dale algún objeto para manipular en ese momento como una cuerda para hacer nudos o una pequeña pelota que pueda moldear.

Explícale que este hábito le perjudica porque además de provocarle heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan y da mala imagen.

Díselo como una recomendación y con explicaciones de acuerdo a su edad, no como un reproche o una regañina.

Si tú lo haces trata de hacerle entender que es una conducta que te gustaría corregir y que ya de mayor te es mucho más difícil que sí lo hubieses hecho cuando eras pequeño.

Fijaros objetivos, un día sin morderte las uñas, el fin de semana. Felicítale cuando esté un tiempo sin hacerlo y sobre todo valora muy positivamente cuando veas que le crecen las uñas.

Si su conducta no remite puedes pedir ayuda a un psicólogo para que te de pautas que neutralice su ansiedad.

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Escrito por:

María Nuez
María Nuez

Madre que habla a otras madres de igual a igual.

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