Lleva todo el día pidiendo abrazos | Edúkame

Lleva todo el día pidiendo abrazos

Calmar a mis hijos

0

Hoy es uno de esos días que me encantaría alguien me diera la receta para calmar a mi hija y así yo poder hacer algunas cosas mías.

Tiene 16 meses y lleva todo el día bastante llorona, irascible y quejosa. Se pega a mí como una lapa, sólo quiere mis brazos. Vestirme, asearme, estar por su hermano, preparar el desayuno, etc., lo hago con ella pegada a mis piernas llorando o con ella en brazos. ¡Así todo el día!

Se entretiene durante breves lapsus de tiempo con algún juguete o con algún pequeño descubrimiento, que casi siempre acaba en riña con su hermano: le pega, le araña y sobre todo le muerde con todas sus fuerzas. Su hermano se defienda empujándole y pegándole, por lo que ya los tengo a los dos llorando desconsolados reclamando ser cada uno el primero en ser atendido por mí.jillgreenberg021

Los riño, luego los calmo, se hace la paz durante unos minutos y.... vuelta a empezar. La pequeña me busca desesperadamente por la casa y se pega a mis piernas hasta que la cojo; o de nuevo se hace la disputa entre hermanos. ¡Su actitud es agotadora e intentar hacer cosas con ellas en brazos es demoledor!

Me doy cuenta estoy muy agobiada, con poca paciencia, rabiosa con ella porque quiero hacer cosas mías y de la casa y no me deja. Reconozco que me la quiero sacar de encima, quiero se entretenga sola, no chinche a su hermano para poder abrir el ordenador y escribir, o para ordenar la cocina un poco.

La miro, y tras reconocer mi agobio, me doy cuenta que mi punto de mira está equivocado.

Es obvio que con mi contacto ella se calma e incluso ríe. Seguro que su actitud quejomadre-consolando-bebesa e irascible responden a un malestar que yo no veo y que por tanto no puedo nombrar (tal vez las muelas, o gases, o cansancio, o está incubando algo, o tal vez las consecuencias de tanta estimulación navideña...). No sé lo que es pero existe, es real y la perturba.

Y también es obvio que estoy con el corazón cerrado, que no la estoy teniendo en cuenta, que sólo pienso en querer hacer cosas y que al final estamos sufriendo ambas.

¿Es más importante lo que tengo que hacer que ella? Me necesita y llevo un día entero ignorándola.

Nos sentamos ambas en la alfombra junto a su hermano. "Aquí estoy, si mi contacto y presencia te calma, aquí estoy". Hacemos juegos de falda, caricias, muecas con la boca, se anima y juega con su hermano sin pelearse. Nos reímos, cantamos. De vez en cuando alguna pelea entre hermanos. Seguimos los tres en la alfombra. Han pasado dos horas y ahora los tres nos vamos al baño y después algo sencillo de cena que preparé con ellos.

Mi hija más tranquila, la siento en paz. Mi hijo alegre, juguetón y menos gruñón que de costumbre a estas horas. Yo me siento amorosa, paciente, sosegada (pese al cansancio y renuncias).

¿Tan importante era lo que deseaba hacer que no me dejaba mirar a mis hijos con el corazón? Son pequeños y me necesitan y yo los necesito a ellos para no perderme entre banalidades.

Si te ha gustado compártelo... Un pequeño gesto para ti, una gran ayuda a todos.

Si crees que puede interesar a otras mamás compartelo en tus grupos de Whastapp.

Escrito por:

Cristina Garcia
Cristina Garcia

Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame

Web: Edúkame Perfil G+: ver