El papel de los padres y los educadores para reforzar la autoestima del niño
La imagen que los demás tienen de una persona, no guarda relación con la imagen que esa persona pueda tener de sí misma. Un niño que siente una gran diferencia entre como es y cómo le gustaría ser, tiene una baja autoestima.
Es importante que un niño tenga confianza en sí mismo, conozca cuáles son sus puntos fuertes y sepan identificar los débiles para mejorarlos.
La familia
El principal núcleo donde se mueve el niño es la familia, es ahí donde el pequeño se tiene que sentir amado para conseguir una correcta aceptación de uno mismo. La familia tiene que querer al niño por lo que es y aceptarle tal y como es.
Pero cuidado, porque una educación permisiva por parte de los padres, también puede ser el origen de una baja autoestima. Unos padres que se exigen mucho a sí mismos, pero son permisivos con sus hijos, darán lugar a niños criados en la cultura del no esfuerzo y la dejadez.
Vuestro hijo debe sentir que vuestro amor por él es más grande que cualquier fechoría que haya hecho o cualquier conducta inadecuada que haya tenido. El error no estará en reprocharle su comportamiento sino en no usar el lenguaje adecuado.
La autoestima en un niño depende en gran medida de lo que oye, lo que le dicen y los mensajes repetitivos que recibe. Descartar de vuestro lenguaje frases como “eres tonto” o “eres un inútil”, se pueden marcar los límites de igual forma con frases como “lo que has hecho no está bien”
Un ambiente familiar caracterizado por la calidez, la afectividad y el apoyo emocional, propiciará el desarrollo de una correcta autoestima en el niño.
La escuela
La autoestima influye en el rendimiento académico y puede ocasionar problemas en la atención y concentración del alumno. Las calificaciones escolares y los comentarios despectivos de profesores o compañeros del niño pueden crear en él un concepto negativo de sí mismo que resten su confianza.
El papel de los educadores en la escuela es resaltar los logros que alcancen los pequeños de forma realista y sobre todo evitar las humillaciones, demandando ayuda psicopedagógica en los casos que crean necesario.