¿Funciona en todos los casos con niños?
Antes de hablar de las Actividades Asistidas con Animales (AAA), creemos importante hablar de dónde vienen.
La Intervención Asistida con Animales es el concepto global. El objetivo general de cada una de ellas es trabajar, a través del juego y la interacción con ese animal, cualquier ámbito personal: social, emocional o físico. Dentro de ellas, nos encontramos con tres escalones:
- La Terapia Asistida con Animales: Está guiada por un profesional de la salud (psicólogo, fisioterapeuta, etc.) con unos objetivos y una evaluación.
- La Educación Asistida con Animales: Es igual que la terapia pero los objetivos son educacionales y el profesional es un profesor, pedagogo, psicólogo, etc.
- Las Actividades Asistidas con Animales: Sólo tienen un objetivo marcado: pasar un buen rato con la compañía de un animal. No se evalúan, ni se registran las sesiones. Es la interacción pura entre un niño y un animal, con todos los beneficios que comporta.
La pieza común entre ellas es que un animal, con unas características de carácter y entrenado, nos acompaña.
¿En que se basa esta interacción?
La interacción y los buenos resultados de este tipo de programas se basan en una sola cosa, no es por el animal en concreto ni por la persona que guía a ese animal, ni por los objetivos, sino por la motivación del niño en jugar con él. Esa es la base principal.
Para un niño que le gustan los animales, no es lo mismo practicar la lectura sentado en una mesa, por ejemplo, que si hace lo mismo, pero es el animal el que lo acompaña sentado en una silla a su lado. La diferencia es poca para nosotros, pero para el niño todo cambia. La motivación es diferente.
¿Funciona o no funciona?
Podemos entrar en el eterno debate sobre si esto funciona o no funciona. Yo siempre suelo contestar lo mismo: depende. En este tipo de interacciones, al niño deben gustarle los animales, debe disfrutar del contacto con ellos.
Los animales, sea el que sea, un caballo, un perro, un gato o una tortuga, no tienen varitas mágicas ni super poderes. Con el animal contamos con que les gusta estar y jugar con las personas, y por el lado infantil, para que funcione, debemos tener lo mismo: que le gusten los animales y disfrute del contacto con ellos.
Yo tengo un animal muy bueno en casa, ¿podría ser un perro de terapia?
Son muchas las veces que me comentan esto, y yo siempre contesto lo mismo: para tu casa, seguro que sí.
Podemos implicar a nuestro animal, sea cual sea, en muchas de las rutinas y juegos familiares, para desarrollar al máximo el potencial, la sensibilidad, la responsabilidad, y la empatía de nuestros hijos.
