Desarrollo emocional del niño | Edúkame

Desarrollo emocional del niño

Cómo es el desarrollo emocional del niño desde el embarazo hasta los seis años

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Es importante que los padres atiendan el desarrollo emocional de sus hijos durante la infancia para que puedan ser unos futuros jóvenes y adultos felices.
Elisabeth Fodor, nos explica cómo atender emocionalmente las diferentes etapas infantiles.

El desarrollo emocional durante el embarazo

La educación emocional del niño empieza en el útero materno. Mamá debe conectar emocional y corporalmente con su hijo desde los inicios del embarazo pues sus emociones van a influir en el feto. Ello no implica que la embarazada deba sentir únicamente alegría o felicidad y evitar sentir miedo, estrés o tristeza. Mamá debe vivir sus emociones de forma natural pues también es necesario que el feto reciba sensaciones no placenteras que le ayudarán en su vida extrauterina, pero todo ello en equilibrio y en su justa medida. El problema está cuando mamá vive de forma constante e intensa emociones negativas o mucho estrés a lo largo de la gestación.

Durante el embarazo las madres no sólo necesitan cuidarse su cuerpo y preparar el nido para la llegada de su bebé, sino que también necesitan atender su buen equilibrio emocional, es decir, saber –o en su defecto, aprender- cómo expresar, canalizar o gestionar sus propias emociones beneficiando con ello el buen desarrollo emocional de su bebé.

El desarrollo emocional de 0 a 6 meses

El bebé, en los primeros meses, necesita y busca un cuerpo sólido, acogedor, cálido y sosegado para sentir la feliz sensación de que él existe. Nadie mejor que mamá para ofrecerle este soporte que lo arropará y sostendrá en los primeros avatares de su vida. En los brazos de ella aprenderá las leyes de la vida en una comunicación sincronizada, plena y silenciosa con las emociones a flor de piel.

Las suaves manos de ella abrazándolo despertarán su piel a la vida y el dulce olor de su cuerpo le aportará la quietud, la paz y el orden que tanto anhela en su recién estrenada vida. Sentir y saber que mamá está ahí, ser uno con ella ahora y, luego, cuando ya no la vea… y para siempre. Separarse, reencontrarse, tantas emociones intensas y tantas experiencias nuevas.

De esta manera podrá disfrutar de una estructura emocional armoniosa, serena, donde encontrar la raíz de su existencia. Esto será el mejor regalo que podrás ofrecer a tu hijo.

El desarrollo emocional de 6 a 12 meses

En esta etapa el cambio es notable, notarás  que tu hijo de un día al otro ha madurado, y realmente es así. Aprenderá a arrastrarse, gatear, sentarse, ponerse de pie y andar. Todos estos nuevos descubrimientos también ayudarán al desarrollo de su personalidad.

Al gatear puede alejarse y acercarse a las personas y a los objetos según su propia decisión; comienza así una forma de independencia rudimentaria que en el futuro se convierte en autonomía que, a su vez, produce la confianza en sí mismo para valorarse.

Ahora el bebé está construyendo el engranaje que formará su estructura psíquica para poder articular, con todos los mensajes que recibe de su entorno, aquello que le será útil en su existencia y en relación a los demás. El pequeño al tener una enorme capacidad de observación está pendiente de la gente que le rodea y de esta manera puede ir aprendiendo la forma en que los demás se relacionan entre sí.

En base de estas observaciones él integrará su experiencia y las manifestará en las actividades cotidianas. Festeja sus juegos con alegría creando un ambiente agradable lleno de energías positivas a su alrededor.

El desarrollo emocional de 12 a 18 meses

El bebé-niño descubre de repente con desagrado-agrado la contradicción que mamá ya no es sólo suya. Esta exclusividad ha tocado a su fin. Hay mucha más gente que ronda alrededor de mamá: papá, los abuelos, tíos, hermanos, primos y, ya lo que faltaba, la vecina de al lado. Y todos ellos, en un momento determinado,  pueden interferir en su relación contigo; esa sensación le causa inseguridad y temor, y por eso busca desesperadamente tus brazos, cobijarse en ellos igual que cuando era pequeñito y estaba tan pegadito a tu cuerpo.

Descubre que mamá ya no es la prolongación de su cuerpo, que es independiente y que a pesar de necesitarla tanto también puede perderla. Por esto teme que ella se aleje. Le produce tristeza, pero este sentimiento esta provocado por el crecimiento. NUESTRO PEQUEÑO ESTA MADURANDO.

El desarrollo emocional de 18 a 24 meses

¿Por qué permitir al niño NO compartir algunos de sus juguetes? Parece una extraña pregunta, ¿verdad? Ya que tanto los padres como la mayoría de los adultos siempre suelen decir: “los juguetes son de todos, tienes que aprender a compartir”.  Los niños a esta edad se encuentran en la etapa de “yo”, “mi”, “mío”, no es el momento de insistir  con “temas filosóficos sobre la conducta humana”. ¿Nos hemos preguntado si los adultos queremos compartir nuestro coche, ordenador, móvil o el último reloj comprado? Pues ellos tampoco están dispuestos a compartir sus preferidos con nadie. Entonces, ¿cómo debemos actuar con el pequeño para que pueda comprender?

Suponiendo que estamos a punto de bajar al parque, podríamos decir algo así: “Mira cariño estoy de acuerdo que tus juguetes favoritos no los quieras compartir con nadie, son solo tuyos y por eso los vamos a dejar en tu habitación, en un sitio especial, el que tú elijas. Busca algún juguete que SÍ  quieras compartir. Al parque vamos a divertirnos y a disfrutar”.

Trata de inventar algún juego entre todos ya que él imitará tu comportamiento y aprenderá lo que es el respeto. Los niños que son respetados en sus sentimientos auténticos serán más generosos de mayores. Demuéstrale en casa la generosidad, así él podrá imitarlo.

El desarrollo emocional a los 3 años

Nos invade el asombro al ver que nuestro bebé divertido, alegre y gracioso se ha convertido en un niño que está incordiando todo el día. Nos preguntamos ¿qué ha pasado? También nos  invaden las dudas y preguntamos qué es lo que no estamos haciendo bien. Cuando sales a la calle con él sientes el temor que en cualquier momento te montará el numerito. No quieres contradecirle en nada con tal que no surja la rabieta de todos los días.

Las rabietas son una manifestación de la progresiva maduración de la personalidad del pequeño. Es una etapa de crisis del crecimiento infantil. Está desbordado de tantas emociones y sentimientos que pasan por su cabecita y su corazoncito. Todavía no es capaz de controlar las emociones. Tiene que aprender a canalizar esos impulsos para madurar de una forma sana; para ello necesita de unos padres amorosos pero firmes que le brinden recursos para lograrlo.

Cuando estés enfadado, triste o alegre demuéstrale tus emociones, para que él pueda aprender de ti. No le digas nunca que es un niño malo, dile que a ti no te ha gustado su comportamiento, él lo entenderá y no se sentirá culpable por sus actos. En esta etapa es cuando suele aparecer el sentimiento de culpa necesario para el desarrollo infantil.

El desarrollo emocional a los 4 años

Los padres se preocupan al ver a su pequeño jugar solito. ¿Qué le pasará a mi hijo que no disfruta de la compañía de otros niños? Además todo el mundo me dice que seguramente es tímido. No puedo evitar  sentirme mal y estar preocupada. ¡Ojo! Hay que diferenciar entre un niño tímido o introvertido.

El niño introvertido prefiere jugar solo ya que necesita disfrutar plenamente. Su interés se concentra sobre su mundo interior. Es un rasgo de su personalidad. Él se siente bien, disfruta de su juego. No busca las relaciones sociales pero tampoco las evita. De adultos suelen ser personas muy apreciadas especialmente en su profesión. Son discretos, serios, fiables, responsables. Lo más probable que disponen de  Inteligencia Intrapersonal según (H. Gardner).

En cambio, el tímido se siente mal al afrontar nuevas situaciones por inseguridad suele tener bajo autoestima y diversos miedos. Por todos estos motivos evita las relaciones sociales. La timidez es una pauta de comportamiento, un estado de ánimo. Necesita disponer de herramientas para afrontar la vida social. ¡AYÚDALE!

El desarrollo emocional a los 5 años

¿Cuándo acabaran ya de una vez los frecuentes berrinches de mi hijo? Es una pregunta que los padres nos hacen muy a menudo, ya que consideran que tiene edad como para controlar sus emociones. ¿De qué depende el control emocional en la vida del pequeño? Desde edades tempranas lentamente irá aprendiendo.

Primero se aprende el  control de los impulsos emocionales. En el primer año cuando el bebé comienza a gatear y andar es conveniente fomentar la tolerancia frente las frustraciones. Por ejemplo, no alcanzarle aquel juguete que persigue con tanto interés, sino permitir que vaya a por él solito. Ahora sí, cuando lo ha conseguido festejar su logro para que él se sienta valorado, sienta que ÉL PUEDE.

El control de las emociones depende de la maduración emocional del niño. Los padres necesitan colaborar en esta difícil tarea que es educar las emociones. Las normas y valores sociales de su entorno influyen en gran medida, pero hay que ayudarle para adquirir: HABILIDADES EMOCIONALES.  En la medida que el niño aprende a manifestar sus emociones podrá controlarlo.

Ponle nombre a los sentimientos: reconocer, comprender, expresar le ayudará a evaluar su propia conducta y de esta manera relacionarse con los demás con empatía, creatividad y dispuesto para la colaboración.  INTELIGENCIA SOCIAL en plena acción.

EL desarrollo emocional a los 6 años

Los niños que tienen facilidad de reconocer las diferentes emociones y saben expresarlo verbalmente tienen más facilidad de hacerse amigos ya que se sienten seguros de sí mismo y saben valorarse. Para los seis años ya es posible que puedan comprender la diferencia entre una emoción real a una manifiesta. Por la misma maduración, poco a poco también está capacitado para esconder sus emociones.

Observarás que su conducta será diferente en el hogar que en el colegio. En esta etapa el niño busca amigos ya que necesita este vínculo para poder compararse con los demás y establecer relaciones independientes de su familia y pertenecer a un grupo diferente donde experimentar vivencias.

Es el momento de explicar  y dejarle muy claro que no siempre tiene que estar de acuerdo con sus amigos y cuando algo no le gusta o le hace daño decirle: “No me gusta cuando juegas de esta manera”, “este juego no me gusta”. Un niño seguro de sí mismo y creativo siempre podrá dar alternativas positivas. Es conveniente conocer las habilidades, fantasías, deseos del niño. El niño a través de su fantasía manifestará sus intereses, habilidades, capacidad intelectual y su mundo interno.

Sus ideas todavía se basan en hechos concretos, pero hay un comienzo rudimentario hacia el pensamiento abstracto, por lo cual necesita investigar sin cesar para confirmar la diferencia entre la fantasía y la realidad. Ahora comienza su verdadera vida social. ACOMPÁÑALO con comprensión, paciencia y muchos ejemplos en esta aventura hacia su vida adulta.

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Escrito por:

Elizabeth Fodor
Elizabeth Fodor

Pedagoga Social, escritora e investigadora

Web: efodor