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Conectar con nuestras emociones durante el embarazo

La crianza empieza en el vientre materno

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Este texto ha sido escrito por Anna Santos - madre, doula,profesora de yoga especializada en mujer y creadora de la págiana web sobre embarazo y crianza MUMMYki - y es un fragmento del prólogo incluido en la Guía Premium Embarazo & emociones.

 

El cuerpo une a la embarazada y su bebé 

La crianza empieza en el vientre materno. Después viene el nacimiento y luego una continuación del vínculo, del diálogo, del crecimiento y del amor que nos une. La propiocepción del bebé ya existe desde la semana 11 de gestación. Así que toda palabra y movimiento le llega, y se queda en él.

El cuerpo nos guía y, con los cambios evidentes en el embarazo, nos expresa expansión y apertura, aunque no es así todo el tiempo que dura una gestación humana.

Las emociones durante el embarazo

La psique de la mujer vive diferentes etapas a lo largo de este proceso: Vemos, por ejemplo, el miedo del primer trimestre o esa sensación rara de adaptación. Durante esta etapa, el cuerpo nos expresa introspección y no podría ser menos cuando la semilla se enraíza poco a poco. De lo oscuro de la tierra crece hacia afuera en busca del Sol. Es normal entonces que no sepamos si dar o no la noticia de nuestro embarazo a los demás. La mejor apuesta siempre es abrazar la vida, aceptar que el bebé ya está aquí y que pase lo que pase ya eres la mamá de ese bebé, y que este bebé se merece un cálido abrazo.

Otro cambio visible se produce cuando la mamá nota que el bebé ya se mueve, entonces los rostros de las mujeres (sobre todo las que han vivido un aborto, que no son pocas) se relajan. La psique se coloca en la certeza de que ahí dentro hay vida y una se expande en la creatividad y vitalidad del segundo trimestre.

Hacia la semana 30 o 34 el nacimiento ya se acerca y la mirada se dirige hacia el camino del parto. Es cuando puede aparecer el nido, la necesidad de limpiar, cuidar y ordenar el hogar, que simboliza acercarse a la conquista de lo deseado, la mujer encuentra el placer en el coraje, la fuerza la apertura y la aceptación.

La mujer también puede contactar con la necesidad de sentirse sostenida. No hace falta convertir esto en un acto heroico y dejarla sin resolver. A veces, con un simple gesto –como la relajación en el suelo, sobre la tierra, cuando te dejas ir, contactas con el placer de permitirte ser sostenida por la madre tierra, igual que el bebé permite ser sostenido por la pelvis de su madre, – tu cuerpo descansa y tú también.

Es bueno, muy bueno, contactar con estas emociones. Si a lo largo de tu vida no has podido empaparte de la Maternidad o lo has hecho solo de una manera muy mental, en algún momento esa energía tan fuerte tiene que explotar y ser colocada en su lugar. Que no estemos acostumbrados socialmente a esta apertura, no quiere decir que no sea nutritiva.  [...]

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Escrito por:

Rocío López Valdepeñas
Rocío López Valdepeñas

Maestra de Educación Primaria, especialista en Tecnologias de la Información y la Comunicación.

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