Cómo mejorar la autoestima de nuestros hijos

Todos deseamos ser queridos por lo que somos. Nuestros hijos también, pero casi siempre se ven forzados a cumplir con unas expectativas que difieren de sus verdaderas capacidades, habilidades y aptitudes. Desean cumplir con las expectativas de sus padres, pues de lo contrario, creen que perderán su amor

Muéstrale a tu hijo que lo quieres por lo que es, que te gusta tal y como es: con sus virtudes y con sus defectos.

Las expectativas elevadas dañan la autoestima

Esperar que tu hijo o hija estudie toda la tarde, tal vez son unas expectativas demasiado elevadas para su real capacidad de concentración. Tu hijo sabe que tú deseas que lo haga, él sabe que le cuesta estar tanto rato concentrado y quieto,  y que por tanto, no podrá cumplir con tus expectativas. Esta situación genera en el niño malestar emocional y una baja autoestima al no verse capaz de cumplir con lo que sus padres esperan de él, por lo tanto cree que los va a defraudar y que por ello va a perder su amor.

La autoestima es la diferencia entre el Yo ideal, es decir, cómo me gustaría ser en todos los aspectos (físico, intelectual, social, etc.)  y del Yo real, es decir, cómo me veo. Si la diferencia entre ambas es muy grande tendremos una baja autoestima.  Siguiendo con el ejemplo del niño que le cuesta estudiar, tendrá una baja autoestima pues a él le gustaría tener más capacidad de concentración para así gustar a sus padres y cumplir con lo que se espera de él, pero en realidad no la tiene (al menos no en estos momentos) y no los puede contentar.

Sí que es capaz pero ajustando las expectativas

Ajustar las expectativas de los padres ayudaría al hijo a tener mejor autoestima: sí que es capaz de concentrarse pero tal vez en ratos cortos o con  ayuda de mamá o papá; o tal vez haciendo pequeñas paradas para que pueda mover su cuerpo y con ello liberar tensión o estrés –después se sentirá más ligero para concentrarse de nuevo- .