Los niños necesitan saber la verdad sobre la muerte, adaptada a su edad
Ante una pérdida o muerte lo mejor es que los niños y niñas de cualquier edad puedan contar con mucho afecto y dulzura. Busca un lugar tranquilo para darle la noticia, póntelo en tu regazo o rodéalo con tus brazos y háblale sobre la muerte. Emplea palabras sencillas y sobre todo sinceras. No evites decir la palabra muerte o “ha muerto”, ni tampoco evites expresar tus propias emociones mientras hablas con él o ella; todo ello será para tu hijo bueno y además un buen aprendizaje. Puedes decirle lo siguiente:
“Ha ocurrido algo muy muy triste. Papá (mamá, el abuelo, tu amigo, tu perro) ha muerto. Ya no estará más con nosotros porque ha dejado de vivir. Lo vamos a echar mucho, mucho de menos”.
Explícales también con pocas palabras cómo ha muerto el ser querido. Por ejemplo:
“Ya sabéis que el abuelo ha estado muy, muy, muy enfermo durante mucho tiempo. La enfermedad que sufría le ha causado la muerte”. “Papá ha tenido un accidente. Quedó muy, muy, muy mal herido y el accidente le ha causado la muerte”. “El perrito era muy, muy, muy viejecito, su cuerpo tenía muchos años y estaba muy frágil y eso le ha causado la muerte”.
Los múltiples “muy” ayudan a los niños pequeños, sobre todo a los menores de 6 años como veremos más adelante, a distinguir la muerte del ser querido de los momentos en que estaba muy enfermo o muy mal herido.
En el siguiente punto descubriremos cómo hablarles de la muerte en función de la edad. ¡Descúbrelo! (guía educativa El duelo en la infancia, página 20).
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Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame