El bebé necesita sentirse seguro y confiado
Muchos padres suelen hacer este paso a partir de los 6 meses. Sea cuando sea que lo realicéis, debéis lograr que este paso no sea traumático para el bebé. Para ello ayudará que lo dejéis jugar a ratitos en su cuna en los momentos que esté despierto durante el día, para que se vaya acostumbrando poco a poco a este nuevo espacio: podéis dejarlo mirando móviles de colores (Guía Las emociones en el primer año de vida), escuchando música que tú le cantes o que salga de un reproductor, e incluso que se pueda dormir tranquilamente en el momento que él tenga sueño.
Pasar a dormir en su cuna no significa que no duerma a demanda. Ni tampoco implica que no hagáis los mismos rituales que hacíais cuando dormía con vosotros: baño, masaje, caricias, canciones de cuna, etc.
Por la noche, para que este tránsito sea suave y el bebé no llore porque no sienta que es un lugar seguro, lo mejor es dejar a su lado un peluche que sea de su agrado y una prenda usada de mamá. La prenda ideal es el pijama ya usado de mamá, pues está bien impregnado de un olor muy conocido para el bebé que le dará el soporte emocional que necesita.
Coloca esta prenda enroscada de manera tal que le sirva para apoyar la espalda o su cabecita cuando busque en la cuna un punto de apoyo para sentirse contenido, como cuando estaba en el útero. Así se sentirá calmado por el olor conocido y contenido, buenos ingredientes para sentir seguridad.
En esta etapa de tránsito también es importante ofrecerle coherencia. Tanto durante la siesta como durante la noche es mejor que duerma siempre en su cuna una vez que empiece, pero con flexibilidad. Por ejemplo, acabas de darle de mamar y tu bebé se ha quedado dormido. Si ves que está durmiendo con placer y ambos estáis cómodos puedes dejar que tu bebé siga durmiendo en tus brazos.
Lo importante es ponerle a dormir en su cuna con tranquilidad. Así que lo mejor es que lo pongas en la cuna cuando esté soñoliento, pero no dormido, para que no se asuste al despertarse y ver que ya no está durmiendo contigo.
Si le acuestas cuando está despierto y mientras se siente amado y cómodo, podrá asociar quedarse dormido con estos sentimientos agradables.
Cuando lo dejes en la cuna soñoliento, es posible que proteste un poco o que haga un llanto tenue. No te alarmes ni des marcha atrás –sacarlo de la cuna– , se trata de algo lógico y podríamos decir que incluso esperado. En estos momentos, tú actitud es muy importante, pues deberá transmitirle el mensaje claro y seguro de "todo está bien, estás en un lugar seguro, yo te acompaño para que te duermas".
Estos mensajes los trasmites tanto de forma verbal como no verbal: con el tacto de tus manos, el contacto de tus brazos, con tu voz suave y gradable, con tu respiración tranquila, y sobre todo con tu confianza de que realmente todo está bien.
El siguiente punto es ver un ejemplo sobre la flexibilidad a la hora de hacer este traspaso, (guía educativa El método de dormir, pagina 29 )
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Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame