El mejor tratamiento para el resfriado es prevenir y mejorar los síntomas
No existe ningún tratamiento efectivo para acortar la duración del catarro.
El catarro con tratamiento dura 7 días y sin tratamiento dura una semana. Por eso el tratamiento va encaminado a mejorar los síntomas, y hacer más llevadero el proceso, pero no sirve curar el catarro ya que es el propio organismo es el que se encarga de eliminar el virus.
Como he ido comentado en los anteriores artículos sobre el catarro, no existe ningún medicamento realmente eficaz para el resfriado. Todo fármaco puede producir efectos secundarios, por eso los pediatras en un primer momento, no somos partidarios de medicar los catarros.
Lo mejor es tomar medidas preventivas para evitar catarros frecuentes o fuertes y cuando el virus entra en el organismo tomar medidas que ayuden a mejorar el malestar del proceso.
Cómo evitar un catarro
No existe ninguna vacuna eficaz para el catarro, ya que son muchos los virus que pueden producirlos. Pero sí podemos adoptar y enseñarlas a nuestros pequeños, medidas que ayuden a evitarlos o por lo menos disminuirlos, como por ejemplo:
- El lavado de manos. Es la medida más eficaz y más barata para prevenir enfermedades. Es fundamental lavarse las manos después de sonarse los mocos, estornudar, o estar con niños acatarrados.
- Taparnos la boca cuando estornudamos o tosemos para evitar lanzar los virus al ambiente.
- Evitar la exposición a personas acatarradas, a veces es no es fácil, pero esta medida es realmente importante en los menores de dos meses, por su mayor inmuno-indefensión.
- No existe ningún fármaco o alimento que haya demostrado científicamente prevenir los resfriados. Existen productos de homeopatía que pueden mejorar el sistema inmunitario, aunque no tienen una base científica clara. Se venden en farmacias.
- Una dieta variada rica en frutas y verduras favorece el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Cómo se puede tratar
La mejor manera de tratar un catarro que evoluciona satisfactoriamente es a través de medidas que ayuden a mejorar los síntomas como ya hemos explicado en un anterior articulo, y con ello aliven el malestar general que puede tener el niño: limpieza nasal, mucha ingesta de líquidos, resposo si el niño lo necesita, levantar un poco el colchón al dormir, etc.
Aún así, existen varios tipos de fármacos que pueden ayudar a mejorar los síntomas y que en ocasiones los pediatras podemos decidir recetarlos:
- Antihistamínicos: Disminuyen las secreciones pero a la vez las espesan, con lo que hacen que sea más difícil su eliminación.
- Descongestionantes: Disminuyen la inflamación de las mucosas.
- Expectorantes: Favorecen la expulsión de las secreciones.
- Antitusígenos: Calman la tos. En realidad la tos es beneficiosa, ya que ayuda a movilizar las secreciones y evita que se sobreinfecten, por eso no se recomiendan de rutina, si bien es cierto, que en determinadas situaciones pueden ser útiles como por ejemplo, si la tos no le deja descansar por la noche, o si es una tos muy persistente que le provoca el vómito.
- Los antibióticos no tienen ninguna utilidad en el catarro, ya que sirven para eliminar a las bacterias y los catarros son de origen vírico. La administración de un antibiótico siempre debe ser valorada por un pediatra.
- Las friegas en el pecho tampoco tienen ninguna utilidad.
- En caso de dolor de cabeza, de garganta o fiebre puede ser útil el paracetamol o el ibuprofeno infantil.