Cómo debo de hablar con mi hijo

Para muchos padres disciplina es igual a castigo y eso no tiene por qué ser así. Educar a un hijo no es cuestión de un día o de una acción, hay que ser eficaz en la disciplina sin dejar de ser afectuoso.

Dialogar con tu hijo es básico en su educación, debes indicarle qué comportamientos consideras inaceptables y reforzarle con una aptitud positiva aquellos que merezcan de tu aprobación.

Habrá momentos en que el niño no esté dispuesto a aprender la lección, por ello debes ser claro, hazle saber lo que piensas sobre su comportamiento, pero atención, antes piensa lo que vas a decir.

Comunicación padres-hijos

• Comunícate con regularidad con tu hijo, dedica cinco minutos antes de acostarse o a la hora de la merienda para hablar sobre como le va en el colegio, si le ha tratado bien su profesora, a qué ha jugado hoy con sus amigos, etc. Evita empezar vuestra comunicación con preguntas abiertas y de temas generales,  del tipo ¿Cómo te ha ido el día?  pues el niño suele responder con un simple "bien" cortando aquí la comunicación. El niño pequeño necesita mensajes concretos sobre temas concretos y sencillos, por ejemplo ¿has hecho hoy alguna manualidad en el cole? ¿has pintado con las manos o con pincel?
• Cuando hables con tu hijo establece un contacto visual con él, los niños se distraen fácilmente, por ello asegúrate de que te está mirando cuando tú le estás hablando. Siéntate frente a él o sitúate a menos de un metro del lugar donde esté.
• Háblale sosegadamente y con mucha serenidad, sin levantar el tono de tu voz.
• No utilices preguntas que den lugar a respuestas negativas ¿por qué no recoges tus juguetes antes de acostarte?, es mejor una afirmación, respetuosa, pero que no le deje ninguna duda de qué es lo que debe de hacer “recoge tus juguetes antes de acostarte”
• No le des discursos, una frase corta y con palabras sencillas que él entienda, “cómete todo lo que tienes en el plato”, es más eficiente que una parrafada sobre el hambre mundial, “con la de niños que hay desnutridos en el mundo y pasando hambre y tú dejas ahí las lentejas que he estado todo esta mañana cocinando pensando en que te las ibas a comer cuando volvieras del cole”
• Explicarle al niño los sentimientos que os producen sus malas acciones, pero hablando en primera persona, en vez de en segunda, sin culpabilizarles o criticarles “cuando te has alejado sin avisarme me he asustado porque he pensado que te habías perdido” es más eficaz a “dónde estabas que te he buscado por todas partes y casi me matas del susto”.

Y recuerda que los padres siempre somos el modelo de comportamiento para los hijos, edúcales con tu ejemplo.