Cómo actuar cuando un niño muerde a otros niños

Marina, este niño a través de su conducta está expresando su estado interior. A través de su boca y en concreto de sus dientes, saca el enfado y la rabia que siente. Un sentimiento que le está invadiendo en todo momento y en todo lo que hace y lo necesita expresar de algún modo. Y el único método que de momento conoce es mordiendo, pues es casi un acto instintivo.

Muerde a sus compañeros como símbolo de agredir al otro. Y el “otro” tal vez sea su hermano pequeño o su padre o madre, pues seguramente son foco que sienta tanta rabia, dolor o enfado (celos, sentirse abandonado, miedo a perderlos). Este sentimiento no debe ser juzgado por los adultos, pero sí debe ser comprendido y atendido. Está claro que este niño se siente mal (con o sin “razón” según el juicio adulto).

El castigo no ayuda a aprender alternativas sanadoras

Necesita que tanto tú como sus padres le ayudéis a canalizar ese sentimiento que le invade hacia una forma de expresión no dañina para los demás. No lo castiguéis por morder pues aún aumentará su malestar interior. El castigo sólo le ofrecerá bloqueo y no le mostrará ninguna alternativa sanadora y que le sirva de válvula de escape.

Podéis seguir las pautas que indico en los siguientes artículos:

• Niños que muerden en el jardín infantil
• Qué hacer con lo niños que muerden en la guardería

Primero cura y atiende al niño agredido

Lo primero es atender y curar al niño agredido. Con caricias, tono suave, besos curativos que alivian, un poco de agua fresca o incluso crema árnica (ideal para golpes, hematomas).

Que primero cures o atiendas al niño agredido es mejor para no centrar la atención en lo negativo de esta acción y también para que no vea que mordiendo se centran todas las atenciones en él de forma casi inmediata. Y además le estás mostrando cómo cuidar, atender, mimar, aliviar el dolor que ha producido su acción. Como aprenden por imitación, sé su modelo para que aprenda esta buena conducta.

Alternativa: morder una manzana o un muñeco

Con una cara sería y una actitud cercana y respetuosa, le ofreces una manzana o un muñeco blando para morder: veo estás enfadado o tienes miedo y necesitas morder, toma puedes morder esta manzana (y se la ofreces en ese momento); será bueno para ti y así no harás daño a tu amigo.

Yo incluso les muestro en ese momento cómo morder sacando enfado, muerdo el muñeco con fuerza, exagerando, haciendo ruidos rabiosos como un perro.

De esta forma les estás dando permiso para sacar ese sentimiento que le está invadiendo y le muestras una alternativa no dañina para los demás.

Esto es muy importante, el niño necesita recibir el mensaje de "tienes derecho a tener ese sentimiento y te voy a enseñar maneras de vaciarlo (pues vaciarlo será la única manera que le hará sentirse mejor) ". Eso es ver lo que realmente está mostrando con su conducta, ver más allá de la mordida al otro niño.

En estos casos es muy útil llevar encima siempre una manzana o un muñeco pequeño que sea muy blandito. Pues este mensaje y esta acción la tendrás que repetir varias veces en un mismo día y tal vez durante unos meses. Hay que tener paciencia pues realmente se recogen los frutos.

Mensajes positivos, la mejor base para crecer

No grites, ni castigues, ni amenaces al niño que ha mordido. No centres exclusivamente la mirada en lo que hace mal.

Aprovecha siempre cualquier pequeño momento en que esté tocando o jugando bien con otro compañero para darle mensajes positivos “estas tratando bien a tu amigo, eso te sienta bien, ¿verdad?”: O cuando muerda comida como un bocadillo “estás mordiendo tu bocadillo, al pan sí se le puede morder, a los amigos no”.

Los mensajes positivos mejoraran su autoestima y serán la mejor base donde se pueda apoyar para superar esta etapa.