Bronquiolitis, factores de riesgo y su prevención

En general, suele tratarse de una enfermedad leve, pero en ocasiones puede tratarse de una enfermedad más grave y requerir hospitalización. Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar una bronquiolitis grave son:

• La presencia de enfermedades de base como cardiopatía, inmunodeficiencia (tener las defensas bajas), enfermedad pulmonar crónica, enfermedad neuromuscular, síndrome de Down...
• Prematuridad.
• La presencia de tabaquismo en el entorno.
• Un mayor número de hermanos.
• El hacinamiento y la pobreza.
• La sintomatología reciente, inferior a 72 h.

Algunos estudios también relacionan la asistencia a guardería como factor de riesgo para desarrollar una bronquiolitis.

¿Cuándo debo acudir al pediatra?

En general, una bronquiolitis debe ser valorada por un pediatra, debido a la población a que afecta (lactantes), sobre todo si se trata de lactantes pequeños (menores de 2 meses), o presenta vómitos mantenidos, fiebre alta o signos de dificultad respiratoria.

Debe ser valorado con urgencia si la dificultad respiratoria aumenta progresivamente, si presenta pausas de apnea (deja de respirar unos segundos) o si los labios o las uñas se le ponen azulados.

¿Se puede prevenir?

La mejor prevención es el lavado de manos y evitar la exposición del lactante al virus. Sobre todo en los menores de dos meses, es aconsejable evitar las aglomeraciones de gente y el contacto con personas resfriadas.

No existe una vacuna eficaz para la bronquiolitis, ni para el VRS, el principal microorganismo responsable.

Durante los meses de mayor incidencia de bronquiolitis, a los lactantes prematuros o con cardiopatías congénitas debido al mayor riesgo de padecer una bronquiolitis grave, se realiza inmunoprofilaxis del VRS con palivizumab. Ésta consiste en administrar anticuerpos monoclonales, es decir, las defensas directamente contra ese virus. Se realiza mediante una inyección intramuscular una vez al mes.