Besos y magia, un ritual de despedida que ayuda en la adaptación escolar
Muchas madres y padres nos preguntan cómo pueden ayudar a sus hijos pequeños para que no vayan llorando a la guardería (0 a 3 años) o al colegio (a partir de los 3 años); cómo los pueden ayudar para que se vayan adaptando a lo que para ellos es una nueva experiencia.
Una ayuda es realizar un ritual de despedida como puede ser llenar a vuestros hijos de besos "mágicos" antes de salir de casa.
Al niño pequeño le cuesta mucho la separación con sus padres. Junto a mamá y papá se siente seguro para explorar el mundo. La separación le hace sentir inseguridad e incluso miedo.
La caja de besos, es una herramienta mágica que os ayudará a llenar de amor a vuestros hijos. Un amor que le hará compañía todo el rato que esté separado de vosotros
Pintar besos mágicos
Juntos, os poneís tu hijo y tu a pintar con ceras o colores, besos dibujados en un papel. No van a ser besos cualquiera, no. Van a ser besos muy muy especiales, besos mágicos.... para que te acuerdes que mamá y papá siempre te quieren.
A cada color le asignáis un mensaje de amor:
- Este beso lo pintamos de azul. Este beso azul te dará calorcito cuando estés triste
- Este beso lo pintamos de amarillo. Este beso te hará reir, pues el amarillo es un color divertido
- Este beso lo pintamos de rosa. Este beso te recordará que siempre, siempre pienso en ti, aún cuando no estamos juntos.
- Este beso lo pintamos de verde. El verde es para que no te olvides ¡que te iré a recoger!
Y pintáis varios besos con cada color. Cuando ya tengáis una cierta cantidad los meteis dentro de la caja. Que será un caja especial ¡ mágica! pues dentro estarán los besos de mamá y papá pintados y llenos de amor.
Antes de salir de casa
Por la mañana, antes de salir de casa hacia la guardería o colegio, reservaros unos cinco mintuos de tranquilidad para coger estos besos mágicos y ponérselo dentro de los bolsillos o en la cartera.
- Este beso amarillo.... que te hará reír cuando lo necesites... ¿dónde lo quieres llevar? ¿en este bolsillo?
- Este beso azul, que te calmará cuando estes triste, te lo pongo aquí, dentro de la camiseta, junto a tu corazón.
- Este beso verde, para que no te olvides que mamá te irá a recoger, ¿lo meto en este otro bolsillo?
Es muy importante hacer este ritual sin prisas (así que mejor os levánteis todos antes durante esta temporada de adaptación) y lo hagáis antes de salir de casa, para que llegados a la guardería o colegio la despedida sea rápida pero tu hijo ya irá cargado de los besos mágicos. En la puerta del colegio, como despedida le puedes decir recuerda que llevas los besos mágicos llenos de mi amor
Variaciones mágicas
También puede ser que en vez de repartir los besos, decidáis meter la caja con unos cuántos besos de diferentes colores dentro de la cartera. O que unos días tu hijo se lleve la caja y otros días se lleve los besos repartidos por los bolsillos.
Otra forma puede ser dar los besos de forma mágica sin pintar, sin dibujar, sin nada físico. Das un beso sonoro que colocarás en diferentes partes del cuerpo de tu hijo. La variedad estará en los diferentes sonidos que asignarás a cada beso.
- Este beso mágico va a ser un ¡beso pedorreta! Y te lo voy a guardar detrás de la oreja para que cada vez que lo oigas te haga reir
- Este beso mágico va a ser un beso de amor (y lo haces con un sonido fuerte, como de explosión), y te lo voy a pegar al pecho pero por dentro de la ropa, cerca de tu corazón para que notes que mamá te quiere mucho
- Estos besos mágicos, (haces sonidos de pajaritos), te van a ayudar cuando estés triste o te sientas solo. Abre tu mano y los guardas ahí. Como son mágicos no se perderán siempre estarán en tu mano.
- Este beso (haces otro sonido y se lo das en la frente) te ayudará a recordar que mamá te irá a buscar cuando termines.
Estos besos mágicos sonoros, mejor se los das en casa antes de salir hacia el colegio. Así le ofrecerás el tiempo y la calidez que este ritual necesita.
Magia y amor
El pensamiento del niño menor de seis años es mágico, tal y como definió Piaget, por lo tanto va a creer en estos besos mágicos y en tus mensajes llenos de amor y en su efecto.
Así que mamá y papá haced este ritual con mucha entrega, seguridad, creyéndo en lo que hacéis y también disfrutándolo y poniéndole toda vuestra dulcura, imaginación y gotas magia.
Con estos besos lo que conseguimos es que el niño pequeño salga de su casa lleno de amor y que se vaya sientiendo poco a poco más seguro, porque ha coloreado estos besos junto a su madre o padre.
Además esta caja le sirve de nexo de unión (invisible) entre el colegio, que es un lugar que al inicio le da miedo, y su casa un lugar donde siente mucha seguridad. Y esa seguridad es la que se lleva con los besos.
Puede que los primeros días entre llorando a la guardería, pero vosostros seguid dándole valor a este ritual pues es una buena herramienta para que el niño vaya sintiendo que puede superarlo.
Un ejemplo
Os cuento una experiencia propia y reciente. En julio, mis hijos fueron durante 15 días a una escuela de verano, donde no conocían ni el centro, ni las profesoras, ni otros alumnos. Hice con ellos este ritual.
Mi hijo de 7 años quería los besos ruidosos y mi hija de 5 años, tras colorearlos el día de antes y meterlos en la cajita decidió que no quería llevárselos ni en la caja ni en la cartera (decía que le daba vergüenza), opción que respeté.
Mi hijo iba contento y decidido a esta escuela, pero mi hija se sentía insegura y me repetía que no quería ir.
Durante la primera semana, antes de salir de casa mi marido y yo les hacíamos el ritual de los besos mágicos sonoros. Mi hija entró llorando los cuatro primeros días y también el segundo lunes (tras el fin de semana en casa, claro.). Después empezó a ir con más seguridad y ya entraba sin llorar.
Hubo un día, en que los dos entraban contentos que yo me olvidé de darles los besos antes de salir de casa, y ellos justo antes de entrar en la escuela me reclamarón ¿mamá, hoy no nos das tus besos mágicos? ¡Yo quiero el bomba! Para ellos es un ritual, es un juego, es llenarse de amor y de confianza que les ayuda a afrontar los retos de su día a día.
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Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame