Mejor compotamiento en el comedor escolar que en casa
Muchos niños comen mejor y tienen mejor comportamiento en el comedor del colegio que en casa por dos motivos principales
- En el colegio hay unas normas educativas claras que todos los niños conocen y deben cumplir.
- Si no se cumplen estas normas hay unas consecuencias, también claras, que se suelen cumplir siempre.
Las normas permiten que el niño sepa qué puede hace y qué no. Sepa qué es bueno para él, para su salud (como comer variado aunque no guste mucho) y le permite ganar en autonomía. Por ejemplo:
- En el comedor del colegio todos comen la misma comida. Una menú que cada día de la semana será diferente pero que lo que toque este día, es lo que se debe comer aunque no guste.
- Hay un tiempo determinado. La hora de la comida no se dilata en el tiempo en función de si los niños han acabado o no. En el colegio se ofrece un tiempo para comer. Para comer sin prisas, pero una vez se pasa este tiempo se retira la comida.
- La comida se come con los cubiertos y no con las manos (excepción de los niños de 12 a 18 meses que para aprender combinan los dedos con los cubiertos).
- Se come sentado, sin levantarse hasta que se acabe de comer.
- La hora la comida no es momento de jugar. No se juega con los cubiertos, ni se juega con la comida. Hay otros momentos que sí son ideales para jugar, para cantar, para ver cuentos, dibujos. Pero mientras se come no.
Consecuencias educativas
Si se le acaba el tiempo destinado a comer y no se ha comido el menú de ese día, los educadores seguro le intentarán motivar y animar para que coma (aunque sea poca cantidad), pero no estarán en exclusiva insistiendo ni centrando toda su atención en él.
Tampoco le darán toda la tarde para que coma, ni le darán otro menú. Así que el niño a los pocos días aprende que debe comer lo que le ofrecen, y comer de todo (lo que no gusta también se puede comer, sobre todo, si es fruta, pescado, verdura y así se va educando el gusto).
Si juega mientras come, si se levanta de la mesa, si no usa los cubiertos el monitor de comedor le llamará la atención y le recordará la importancia de cumplir las normas que él ya conoce.
Si agota el tiempo y no comió, se le retira el plato (opción que luego hace tener más hambre en la hora de la merienda).
En casa, ¿hay normas claras y consecuencias claras?
En casa también deberían haber normas educativas, pues son las que ayudan a aprender a comer de todo, a tener buena actitud en la mesa, en definitiva a adquirir el hábito de comer. Y consecuencias que tengan que ver solo con el acto de comer y que no dañen su valía o autoestima.
En cambio, se suele ser mucho más permisivo: si no le gusta se le cambia el menú, o se le ofrece sólo la comida que le gusta (eso no ayuda a educar el gusto por la variedad de sabores y texturas), se cena viendo dibujos o con juguetes, se tiene la comida en la mesa durante mucho tiempo, se insiste, se discute, se fuerza, se amenaza, se chantajea, etc… Herramientas que no sirven para aprender a comer y que dañan las relaciones familiares.
Empieza por ofrece normas educativas claras y si no se cumplen hay consecuencias. Eso sí, sin riñas, sin amenazas, sin chantajes.
La responsabilidad de enseñar a comer es de los padres, no del colegio. En el colegio se van afianzando habilidades que el niño ya debería conocer y usar.
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Escrito por:
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame