El vínculo con el padre | Edúkame

El vínculo con el padre

El apego con el papá

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El vínculo con el padre proporciona al niño algo que no puede obtener de su madre. Si un niño establece un vínculo profundo con su madre y no con el padre, puede crecer sintiéndose amado, pero se sentirá fragmentando y desequilibrado, como si careciese del algo.

El niño/a  necesita el rol del género opuesto que le sirva de modelo para equilibrar sus energías masculinas y femeninas que alberga en su interior.

El vínculo con el padre puede ser el factor individual más importante para la relación del niño tanto con su propia masculinidad, como con el resto de los hombres con que se encuentre durante el resto de su vida. Si el vínculo paterno se ha establecido correctamente, entonces, es muy probable que el niño se muestre más productivo, confiado, claro y capaz de buscar el calor y el compañerismo tanto de las mujeres como de las personas de su mismo género.

Por su parte, la niña que crece adecuadamente junto a su padre madurará en su propia feminidad, será fuerte al tiempo que delicada, mientras que su relación con los hombres estará basada en el respeto y la dignidad y no en el miedo o la condescendencia.

Todo se reduce al contacto. El niño y la niña  necesitan el contacto cariñoso de un hombre para sentirse seguros , arraigados y capaces.

Hay etapas en la vida de un niño/a  en que éste necesita una fuente de apoyo masculino y otros períodos, en cambio, en lo que necesita más el contacto femenino. Durante los primeros años de vida, el niño necesita  a su madre más que cualquier otra cosa. Sin embargo cuando llega el momento que el niño/a  se aleja del abrazo protector de la madre para adentrarse en el entorno – suele ocurrir a partir de los 6 años aproximadamente- necesita del padre o la presencia masculina que le ayude a soltar la válvula de seguridad y llevar a cabo la transición que acabará conduciéndole al mundo exterior.

En nuestra sociedad actual hay muchas familias formadas por un solo progenitor (por decisión propia o por fallecimiento), familias formadas por homosexuales. Aunque la madre no puede sustituir al padre y el padre no puede convertirse en madre, eso no tiene que suponer un obstáculo insalvable. Una opción en tales casos es la de apelar al apoyo de un amigo o de un pariente masculino que esté dispuesto a pasar su tiempo con el niño y sirva como mentor o modelo (abuelos, tíos, amigos íntimos de la familia, etc...).

Fuente:Texto extraído del libro "Tocar es vivir" de Mariana Caplan

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Escrito por:

Cristina Garcia
Cristina Garcia

Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame

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