10 razones para no ver el programa Supernanny | Edúkame

10 razones para no ver el programa Supernanny

¿Los niños son el problema?

10

Sé que los padres necesitamos ayuda para saber cómo acompañar y guiar a nuestros hijos.  Es importante que ellos aprendan herramientas que les permita ser autónomos, responsables de sí mismos y de sus acciones, y sobre todo felices. Pero la ayuda que ofrece Supernany en el programa de televisión de la cadena Cuatro, deforma más que forma.

Estas son mis 10 razones por las que no me gusta el programa Supernanny y considero su enfoque erroneo.

  1. Potencia el morbo. El programa muestra gratuitamente el sufrimiento de padres que se sienten tristes, desconsolados, impotentes, desorientados y niños que también se sienten tristes, desorientados y no queridos. ¿Es necesario para recibir ayuda y orientación pagar ese precio?
  2. Los padres no aprenden a ser mejores padres, solo aprenden técnicas para solucionar el momento o situación conflictiva actual. Pero, ¿sabrán actuar adecuadamente en la próxima situación adversa que les presente su hijo? Seguramente no, pues no se han tocado los pilares emocionales que alimentan las relaciones de esa familia y por tanto, el pronóstico suele ser repetir las respuestas ya conocidas (el automático se activa). Si antes gritaba, lo volverá a hacer; si antes dudaba o temía de su autoridad se volverá a repetir porque no se ha tratado la base del problema.
  3. No atiende las dificultades emocionales de los padres. A los padres les da pautas de cómo deben actuar y cómo no deben atender determinadas conductas de sus hijos, pero sin tener en cuenta ni tampoco acoger las emociones de los padres. La madre o padre que no actúa poniendo límites a su hijo ante una agresión o desafío, o la madre que va detrás de su hija persiguiéndola para que coma, son padres que sufren. Y si no se les ayuda a ver ese “sufrimiento” y desde dónde están ejerciendo su maternidad o paternidad (miedo a ser malos padres, o que el hijo les deje de querer, o que el hijo sufra, o enferme, etc… ), no podrán realmente ayudar a su hijo, ni a su hacer como padres. 
  4. ¿Los niños son el problema? Ellos son el resultado de la educación y trato que reciben. En el programa los etiquetan de caprichosos, inquietos, tozudos, desobedientes, desafiantes. Casi como un horror que hay que modelar o erradicar esas conductas. Pero ellos son precisamente la voz de alarma, avisan de sus carencias emocionales. Necesitan recibir autoridad y amor, referencias claras y validación de emocional, (fácil de decir, más complicado de hacer).
  5. No tiene en cuenta las emociones que hay detrás de las conductas de los niños. Da igual que el niño sienta miedo, o rabia, o celos, o abandono, o tristeza, o vergüenza. No importa que el niño esté mostrando con su forma de actuar caprichosa o desafiante o inapetente una necesidad emocional no atendida. Y tampoco importa atenderla. Solo importa cambiar su conducta.
  6. En el programa los niños no tienen nada que decir, solo algo que hacer: obedecer y  también obedecer. Si los niños muestran su frustración, obviamente pues ya no obtienen lo que deseaban, “¡no se les atiende y punto!” Así rápido aprenden que mostrar rabia, o enfado, o miedo o celos es malo, es decir, que sentir es malo porque mamá y papá así no me quieren. Y la verdad es que acoger su frustración y que sepan qué puede hacer con ella, es tan importante como que cumpla con las pautas indicadas.
  7. ¿El objetivo de educar es tener hijos obedientes y sumisos?  Parece que no haya nada más que importe que la conducta, ¡correcta! Ni las emociones, ni las actitudes, ni los valores, ni las relaciones.  
  8. Supernanny no fomenta la buena relación afectiva entre los padres y sus hijos. Los niños necesitan ser acariciados, acogidos, besados por sus padres en muchos momentos del día. Hay situaciones conflictivas que Supernany propone resolverlas con “no atender la conducta inadecuada”, pero cuando el niño cambia su actitud, no solo necesita recibir un “ahora te atiendo”, sino también un fuerte y sincero abrazo y un gran beso de amor. La retirada de atención nunca debe implicar la retirada de afecto.
  9. No enseña a los padres cómo educar desde el "SI", es decir, valorar lo positivo. Atender las pequeñas acciones cotidianas que nuestros peques sí hacen bien tiene tanta fuerza en la autoestima del niño que tendrá interés en repetirlo si los padres así se lo valoran.  “Cariño, te has comido casi toda la verdura aunque no te gustara (y da igual que tenga la mitad del plato lleno); te felicito por el esfuerzo que has hecho. Te harás muy fuerte y listo si cada día te esfuerzas así!”.
  10. Los padres no aprenden a escuchar a sus hijos para que les hablen. Recomiendo a todo el mundo dedicar tiempo a aprender cómo ofrecer referencias claras (normas) a nuestros hijos desde el diálogo, la firmeza amorosa, la validación de sentimientos, la responsabilidad y el respeto.

Puedes descargarte a continuación la infografía y compartirla en tu blog o muro de Facebook.

Si te ha gustado compártelo... Un pequeño gesto para ti, una gran ayuda a todos.

Si crees que puede interesar a otras mamás compartelo en tus grupos de Whastapp.

Escrito por:

Cristina Garcia
Cristina Garcia

Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame

Web: Edúkame Perfil G+: ver