Los tics y las muecas en los más pequeños | Edúkame

Los tics y las muecas en los más pequeños

El estrés puede producir tics

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Los tics o pequeñas muecas son movimientos involuntarios, bruscos y repetidos que suelen ocurrir a menudo en la niñez. Entre los tics podemos ver: guiños, sacudidas de hombros, chasqueos de la lengua, muecas o sacudidas de la cabeza.

Tienen su origen en un periodo de estrés, los tics deben ser interpretados como una descarga de tensión por parte del niño ante una situación por la que esté pasando. Normalmente no duran más de unas pocas semanas, si se prolongan más en el tiempo, debes acudir a tu especialista para que descarte cualquier problema neurológico.

Tipos de tics

  • Tics motores: consisten en la ejecución de movimientos rápidos, generalmente en la parte superior del cuerpo, cara y tronco. Pueden ser movimientos faciales como guiños y parpadeos, sacudidas de cabeza o torsiones del cuello.
  • Tics fónicos: los realizan con la nariz o la boca, consisten en gemidos, carraspear con la garganta o emitir palabras o frases cortas.

Pautas a seguir ante un niño con tics

Estos tics debidos al estrés los podrás identificar fácilmente porque aumentan en momentos de fatiga o sobresfuerzo. No regañes a tu hijo cuando observes que aparecen estas muecas, solo crearás en él mayor ansiedad al intentar inhibirlos.

  1. Haz lo posible porque su nivel de estrés disminuya, ayúdale con los deberes escolares, no sobrecargues sus horarios con actividades extraescolares y enséñale a tomar pausas y relajarse.
  2. Escribe una lista con las situaciones en que se producen esos tics, identificar qué causa agobio a tu hijo puede ayudarte a intervenir desde la raíz.
  3. Es importante que el niño se dé cuenta de ese tic que hace, ponle frente a un espejo para que lo vea. Una vez que es consciente buscar movimientos alternativos que lo contrarresten, por ejemplo: ante los guiños, elevar las cejas y abrir mucho los ojos; ante el movimiento de cabeza o cuello, hacer movimientos opuestos o ejercicios de relajación de los músculos del cuello.
  4. Elogia los avances que obtenga

Y como tantas veces os hemos dicho, regañando o gritando no se obtiene nada, solo tu cariño y orientación ayudará a tu hijo a superar esta práctica involuntaria.

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Escrito por:

María Nuez
María Nuez

Madre que habla a otras madres de igual a igual.

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