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Mi hijo no se queda quieto durante las comidas

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Mi hijo de 18 meses es un niño muy curioso, muy intenso y necesita moverse constantemente. Cuando algo que verdaderamente le llama la atención o le es muy atractivo para su intelecto, requiere de paciencia para llevarse a cabo él la tiene (unas veces más y otras menos pero se para o se sienta y está quieto haciendo lo que tenga que hacer).

Pero con el momento de las comidas tengo un pequeño problema. No se está quieto. Al principio de la comida o cena está centrado en sus cubiertos y en la comida pero a los pocos minutos empieza a querer levantarse e ir a coger algo o simplemente darse un paseo.

No sé cómo afrontar esta situación para que las comidas y las cenas fluyan con normalidad y relax para todos.

¿Cómo le enseño a estar sentado durante la hora de las comidas sin que suponga para él una especie de castigo?

Gracias

1 Respuesta
Cristina Garcia
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame

Tienes un hijo sano que derrocha energía y ganas de aprender cómo es el mundo que le rodea. Lo normal es precisamente lo que tú cuentas: que le cueste parar quieto pues su naturaleza infantil le invita a moverse y así investigar todo lo que tienen a su alcance, para con ello aprender y crecer.

Necesita que en la hora de las comidas le indiques de forma clara y constante qué es lo que se espera de él. Infórmale antes de comer y de cenar cuál es la pauta a seguir, por ejemplo: “Comemos sentados y no nos levantamos hasta finalizar”.

Cada vez que se levante deberás indicarle el mismo mensaje mientras lo sientas de nuevo. Lo normal es que este aprendizaje le cueste en adquirirlo un tiempo, y para ello es necesario que papá y mamá  seáis constantes y siempre actúes de las misma forma sin necesidad de enfadaros con él. Vuestro hijo aprende con la repetición y la constancia.

Aunque se muestre disgustado con vuestra pauta, pues él prefiere estar moviéndose contínuamente, y se enfade e incluso llore, no lo interpretéis como que le estáis castigando o perjudicando. Todo lo contrario, pues le estáis indicando un límite sano para él, que tardará un poquito en integrarlo y aceptarlo.

Un truco: mientras come habladle de las frutas: de su color, de su olor. Déjadle que tenga una en las manos, así le hacéis motivante el rato de la comida mientras investiga una fruta.

Te recomiendo leas la guía Comer en positivo de Edukame junto con todos los recursos que tiene, para ir aprendiendo cómo ofrecer comidas sanas y saludables teniendo en cuenta sus necesidades físicas y emocionales.

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Cristina Garcia

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