Cómo educar niños emocionalmente sanos | Edúkame

Cómo educar niños emocionalmente sanos

Educar la emociones, una herramienta que ofrece felicidad

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Cerremos los ojos por un momento  ¿Cómo nos imaginamos a nuestros hijos dentro de unos años?  Seguro que mucho más altos que ahora, buenas personas, con seguridad en si mismos y en definitiva siendo unos adultos FELICES. 

Los padres, sus principales referencias

Todo esto será algún día una realidad en base a la educación que le demos hoy en día.  Ahora  nuestros hijos son sólo unos niños que dependen en gran parte de nosotros: de sus padres y no lo olvidemos que somos sus principales figuras de apego y de referencia en la vida.

La felicidad: de dentro hacia afuera

Por ello ahora es el momento de abrir los ojos y empezar a construir el futuro que queremos para ellos. ¿De qué forma? Sabiendo que la felicidad es algo que se construye desde dentro hacia fuera y no al revés.

Por tanto, en nuestras manos está ofrecer a nuestros hijos instrumentos que les permitan enfrentar de la mejor manera posible lo que les ocurra en la vida.  ¿De qué forma? Ayudándoles a construir una vida emocional sana, facilitándoles que se conozcan a si mismos, identifiquen sus  emociones y sepan cómo manejarlas a su favor.

Pasos para educar niños emocionalmente sanos

Todo esto que a priori parece tan complicado, puede comenzar a construirse  a través de unos sencillos pasos:

  1. Aceptar el desafío que sobre nuestras propias emociones supone el convertirnos en madres y padres. Es el momento ideal para reconvertirnos, mirar hacia adentro y preguntarnos ¿quiénes somos? ¿Cómo manejamos nuestras emociones?, ¿cuáles son  los valores que queremos transmitir a nuestros hijos?
  2. Entender que las emociones en si mismas no son malas ni buenas, están a nuestro servicio para ayudarnos a enfrentar la vida de la mejor manera posible. Intentar evitar decirles a nuestros hijos cosas como: no tengas miedo o no estés triste.  Nuestro reto es ayudar al niño a manejar la emoción  y enseñarle a expresarla de una forma en la que no se dañe a si mismo ni a los demás.
  3. Tener mucha paciencia con nuestros hijos. Aceptar las rabietas como parte de su crecimiento personal. Construir un rincón de pensamiento en la casa donde el niño o la niña tenga su espacio de reflexión cuando esté enfadado.
  4. Compartir las emociones con nuestros hijos. Hoy me siento triste por…lo enfrento de este modo…saco en positivo de esta situación.
  5. Aprovechar cada momento para reforzar positivamente a nuestros hijos. Nos  lo agradecerán de por vida
  6. Utilizar los cuentos como herramienta básica. Los padres que se convierten en maestros de vida utilizan sus experiencias para  orientar a sus hijos. Un buen truco es crear nuestro propio cuento en donde  hagamos participes a nuestros hijos de aquello que nos paso cuando teníamos su edad, las emociones que sentimos ante determinada situación en la que se sientan identificados  y cómo las abordamos. Por ejemplo: Cuando mamá tenía cinco años sentía mucho miedo a…Finalmente aprendió que…
  7. Jugar con nuestros hijos en familia. El juego es un espacio simbólico donde se aprenden a manejar las emociones. Practicar en familia juegos de intercambios de  roles, construir caretas que representen las emociones para que así el niño aprenda a darles un nombre, construir títeres y hacer representaciones en familia, etc.
  8. Finalmente  convertir a la familia en el espacio ideal donde padres e hijos puedan  intercambiar  vivencias y emociones. Para ello recordar que los primeros que tenemos que atrevernos a “desnudarnos” emocionalmente hablando somos los adultos. La respuesta que recibiremos de nuestros hijos será su infinita confianza en nosotros.

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Escrito por:

Nisamar García
Nisamar García

Licenciada en Pedagogía, coach de familia especializada en inteligencia emocional

Web: Educar en el Ser Perfil G+: ver