Teoría de las inteligencias múltiples
Cada vez más, oímos hablar de la importancia de educar con Inteligencia Emocional, ¿pero donde se tiene que desarrollar esta inteligencia, en el colegio o en la familia?
Howard Gardner, es el creador de la Teoría de las Inteligencias Múltiples y cree que todas las personas tenemos ocho tipos de inteligencia: la lingüística, la lógico-matemática, la espacial, la musical, la corporal cinética, la intrapersonal, la interpersonal y la naturalista.
Según su teoría, no hay una inteligencia más importante que otra porque cada persona posee unas capacidades y siempre se puede mejorar mediante el aprendizaje.
Podemos decir que la inteligencia intrapersonal (conocimiento de uno mismo) y la interpersonal (conocimiento de los demás) forman la inteligencia emocional que es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos , por este motivo es necesario que la enseñemos desde niños tanto en el colegio como en la familia.
Cada día conocemos más casos de personas brillantes y con éxito académico pero analfabetos emocionalmente hablando que fracasan en otros ámbitos de la vida como la familia, el trabajo o la vida sentimental.
¿Por qué los padres tenemos que aprender inteligencia emocional?
- Nos permite aprender a relacionarnos con nuestros hijos
- Nos ayuda a tener control sobre nuestros impulsos a la hora de corregir
- Nos enseña a conocernos mejor a nosotros mismos y entender a nuestros hijos
- Fortalece los vínculos familiares
¿Por qué los padres tenemos que enseñar inteligencia emocional?
- Para que los niños aprendan a identificar sus propias emociones y los canalicen de forma adecuada haciéndose responsables de ellos.
- Para que aprendan a ponerse en el lugar de los demás y puedan desarrollar empatía en las relaciones sociales.
- Para que sepan expresar los sentimientos de forma asertiva, respetándose a sí mismos y no dañando a los demás
Como punto final, os comparto esta frase de Aristóteles para reflexionar sobre la necesidad de ser emocionalmente inteligentes:
“Cualquiera puede enojarse, eso es algo muy sencillo. Pero enojarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.