Alternativas al castigo para educar potenciando una buena autoestima
Durante una charla sobre Alternativas al castigo basada en algunos principios de las autoras Adele Faber y Elaine Mazlish de su libro Como hablar para que sus hijos le escuchen y como escuchar para que sus hijos le hablen, pregunté cual era el último castigo que habían puesto a sus hijos. Una madre comentó que su hijo había orinado en el patio del colegio junto a otro niño y que esa escena le había molestado tanto que decidió quitarle el traje de fútbol durante una semana.
Este ejemplo nos sirve para reflexionar sobre las diferencias que hay entre los castigos que resultan poco educativos aunque muy efectivos a corto plazo y otras opciones que no solo ayudan a corregir la conducta inadecuada sino que enseñan la conducta adecuada, me refiero a educar por medio de consecuencias lógicas y naturales.
Siguiendo con el ejemplo que comentaba, ¿qué relación tiene el traje de fútbol con una travesura puntual en el patio del colegio?
Disciplinar es enseñar a comportarse
La disciplina autoritaria o punitiva se basa en la absurda creencia de que es necesario que un niño se sienta mal consigo mismo con el fin de enseñarle una lección pagando así por lo que ha hecho.
Asombrosamente no siempre sucede así, toda disciplina que hace sentir mal a un niño, lejos de motivarlo para que la próxima vez lo haga mejor provocamos resentimiento, rebeldía y rabia.
El problema no es aplicar un castigo sino cómo lo aplicamos, por lo general habiendo perdido los nervios, sin control emocional y no buscando que el niño aprenda sino dirigidos por la necesidad de descargar el enfado que nos ha hecho sentir su conducta.
Evitar las luchas de poder entre padres e hijos
Ante la conducta inadecuada del niño hay que saber diferenciar de quien es el problema.
Si es del niño, le tendremos que ayudar a resolverlo, como por ejemplo si le rechazan en el colegio y sufre por ello, le tendremos que enseñar herramientas para resolver esos conflictos para que su autoestima no quede dañada.
Si el problema es del padre porque le duele la cabeza y el niño hace mucho ruido, tendrá que adquirir las herramientas necesarias para expresarle sus necesidades y conseguir que el niño las respete: asertividad.