Seis pasos para calmar el enfado de los niños | Edúkame

Seis pasos para calmar el enfado de los niños

Debemos validar el enfado que generan los límites o normas

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Todos sabemos que la reacción más típica de un niño o niña frente a un límite es el enfado. De esta forma expresa lo que está sintiendo: desilusión por no obtener lo que quiere; disgusto, pues la propuesta no es placentera; y frustración, dado que no se satisface su deseo.

Debemos permitir y validar su frustración

Es decir,debemos dejar que se enfade y que lo exprese para que pueda autorregular sus emociones, sin que ello implique la retirada de la norma o límite.

Por ejemplo, el niño que se enfada y llora porque  debe ir en la sillita del auto sujeto por el cinturón tiene todo el derecho de sentirse frustrado y quejarse, pues no va sentado donde él desea y además se encuentra atado ( y seguramente poco cómodo). Pero si recibe de forma constante la misma norma: “Este es tu lugar en el auto y debes ir protegido con el cinturón”, su emoción y reacción de frustración irán evolucionando de mayor a menor.  Podemos acoger su emoción de enfado y acompañarle en su disgusto sin que ello implique sacarlo del auto.

6 pasos para acoger y aceptar la emoción de enfado ante un límite, sin retirarle la norma.

  1. Pon nombre a su sentimiento de frustración y afírmalo:
    • “Estás enfadado por tener que apagar la TV"
    • “Entiendo que te dé rabia tener que recoger ahora”
    • "Veo que no te gusta ir aquí sentado”
  2. Dale unos minutos para liberar su emoción: lloro, queja,  grito. Sí sí, has leído bien, permite que llore o grite su enfado.
  3. Quédate a su lado unos minutitos y le vuelves a afirmar  “Cariño entiendo tu disgusto", "Entiendo no te guste", "Veo tu rabia”.
  4. Ofrécele de nuevo  la norma en positivo: “ Entiendo tu disgusto y lo que ahora toca es recoger los juguetes”, “Sé que te enfada pero el tiempo de ver TV se ha acabado por hoy".
  5. Motívalo y/o acompáñalo para que realice la tarea. Por ejemplo, si la tarea es recoger puedes motivarlo cantando una canción o recogiendo tú también "Cariño yo te ayudo, mira esto lo tomo yo y esto lo tomas tú".
  6. Tras cumplir con la pauta marcada (con o sin tu ayuda) refuérzalo positivamente: “Has sido responsable con tus cosas”, “Has cumplido con la norma, te felicito cariño”.

Si aún así el niño no se calma  ¿qué hacer?

Los niños sienten las emociones de forma intensa, por tanto, puede que este enfado lo esté sintiendo tan intensamente que no acepte tus palabras de validación o no quiera tu compañía ni tus caricias de consuelo. Si eso ocurre, no te enfades con él ni le grites ni lo dejes solo. Quédate cerca y sin tocarlo. Quédate en silencio aceptando su expresión y observando que no se haga daño. Esta muy frustrado y bloqueado porque aún no ha aprendido a regular la intensidad de sus emociones negativas.

Si se golpea así mismo o se golpea con algo debes responder inmediatamente frenando su autoagresión "No te hagas daño cariño, no te lo mereces". Si reacciona pegándote a ti - pues, al fin y al cabo, eres la causante de su frustración- no debes permitírselo y debes también aplicar aquí un límite. Apártate o párale las piernas o brazos con contundencia mientras le dices "Te puedes enfadar pero no hacerme daño. A mi no me pegues".

Si esta escena de frustración explosiva duran más de 10 minutos, yo siempre recomiendo a los padres que hagan algo para que cambie la energía. Ofrecer algo distinto al niño, que no tenga que ver con el límite que generó su enfado,  para que se desbloquee de su enojo. Sobre todo, cuando los niños son muy pequeños, necesitan ayuda para salir de su frustración, y a veces va bien un comentario del tipo "¿Vamos a ver que hace papá en la otra habitación?".

Es bueno les dejemos llorar y expresar su disgusto pero si dura demasiado, necesitan nuestra ayuda para pasar a otra emoción, sin que ello suponga la retirada de la norma que les hizo enfadar. Pues entonces no estarán aprendiendo a regular sus emociones ni a aceptar las frustraciones.

Estas escenas de enfado con pataleta o lloro ante una frustración  son muy intensas al principio, cuando el niño empieza a recibir sus primeros límites y muestra su dificultad en aceptar la frustración. Algo absolutamente normal por la inmadurez de su edad. Lo importante es que los padres les acompañemos en este aprendizaje sin retirarles los límites y sin enfadarnos con ellos por su reacción. Estan aprendiendo y  necesitan muchas escenas como esta (de recibir límites aunque se enojen) para aprender a regular sus emociones e integrar las frustraciones.

Encontrarás mucha más información en la Guía de Límites de nuestra Biblioteca Premium.

 

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Escrito por:

Cristina Garcia
Cristina Garcia

Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame

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