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Mi hijo de dos años no comparte sus juguetes

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Mi hijo no me hace caso en nada y no presta sus jugetes o se los arrebata los demás niños. Si el juguete es suyo hasta les pega por no prestarlo. Ya le expliqué y no entiende que tiene que prestar y compartir.

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Cristina Garcia
Pedagoga, Terapeuta infantil, Orientadora familiar, fundadora de Edúkame

Sandra tú te enfadas porque crees que tu hijo te desobedece a capricho. Tú le pides que comparta y él se niega y eso es lo que te enfada. Pero entiende que tu hijo no lo hace por ser un desobediente, ni un caprichoso. Tu niño, al igual que todos los niños del mundo, no sabe compartir.

Una de las características que Piaget destacó en su teoría sobre el pensamiento infantil (a diferencia del pensamiento adulto), es que el pensamiento del niño hasta los seis años es egocéntrico. Es decir, ellos son el centro de su pequeño mundo y por tanto todo es de ellos y para ellos. Les cuenta mucho ponerse en el lugar de los demás, tener en cuenta a los demás, y por su puesto, les cuesta mucho compartir sus cosas. La frase más común en boca de un niño o niña pequeño es “esto es mío, mío y no te lo doy”.

Son muchas las escenas que se dan en los parques infantiles o guarderías de niños “peleándose” por subir a la vez en un tobogán o querer los mismo juguetes.

El niño que está jugando en la arena del parque y ve a su lado un cubo con una pala piensa: voy a coger ese cubo para llenarlo de arena. Se dirige todo decido al cubo y lo coge sin pensar nada más (sin pensar ¿de quién será? ¿Me lo dejarán? ¿Se enfadará su dueño? Luego lo devolveré, espero no romperlo….). Cuando viene el dueño del cubo a reclamarlo, el niño le contesta: “no te lo doy, es mío”. Y efectivamente, para él así.

Los adultos que ven esta escena son los que piensan (y juzgan): que niño más egoísta, caradura, mal educado, abusón, aprovechado y un largo etcétera. Pero nada de eso es cierto, simplemente es un niño como todos los demás, que hasta que no sea más mayor no sabrá compartir por propia iniciativa.

Sandra, además tu hijo, es un valiente soldado que defiende a capa y espada lo que él considera que es suyo. Es un pequeño con mucho carácter. Por más que le expliques y expliques que debe compartir, le estás pidiendo algo muy difícil para él y que tardará unos cuantos años en comprender realmente.

Tu labor se traduce en ir enseñándole poco a poco las ventajas de compartir. Resalta los momentos en que SI presta algo a un amiguito (aunque sea un pequeño gesto), diciéndole “vaya que generoso eres, seguro que a tu amigo le habrá gustado. Eres muy generoso”. No le obligues a dar lo que no quiere, le puedes animar “es más divertido compartir, así él también te dejará sus cosas, etc”

No esperes que obedezca a tus palabras de forma inmediata. Dale tiempo, pues te repito que le estás pidiendo algo difícil para él y necesita tiempo para aprenderlo. Le puedes ayudar mucho ofreciéndole frecuentemente mensajes positivos y motivadores, y sobre todo, respetando su ritmo. No lo obligues siempre a dar lo que no quiere.

Eso sí, cuando pegue o muerda por defender lo suyo, intervienes de forma contundente sobre el hecho de morder o pegar “si pegas haces daño, con la boca se dan besos, le podrías dar un beso para curarlo de tu golpe…”, pero no combines ambos temas: el pegar y el compartir.

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Cristina Garcia

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